COMENTARIOS ARTE

 
Eros y Psique

Introducción

Estamos ante el grupo escultórico de Eros y Psique, realizado en la segunda mitad del siglo XVIII, perteneciente al arte neoclásico, por el escultor italiano Antonio Cánova.

El arte neoclásico se desarrolla en durante los siglos XVIII y XIX en Europa. Este período comprende la Ilustración, la Revolución Francesa y la Restauración en orden cronológico, se dan profundos cambios en cuanto a aspectos políticos sobre todo en Francia y profundos cambios en cuanto a los aspectos económico en Gran Bretaña (Revolución Industrial).
Este arte surge en Francia en los ambientes ilustrados. El propio término neoclasicismo hace referencia a la vuelta a la Antigüedad clásica, después de los "excesos" del Barroco y el Rococó. Supone un retorno al mundo griego y romano gracias a diversos factores como la aparición de una serie de obras de autores renacentistas (como Palladio) y otros del momento (Lessing), con los que vuelven composiciones equilibradas y formas clásicas. Otro aspecto fundamental es el descubrimiento arqueológico de las ruinas de Pompeya, por ejemplo, que abrió el interés por estudiar las culturas grecorromanas, como el Partenón de Atenas.
Se crearán una serie de instituciones o Academias que velarán porque el arte se ajuste a las proporciones clásicas.

La existencia de Academias de Bellas Artes en Francia y en España (Museo del Prado) propició que se volviese hacia los cánones clásicos, a la búsqueda de la belleza ideal con una auténtica imitación del estilo griego. Estas Academias dan las normas para que las esculturas se realicen conforme a los cánones clásicos.

Análisis

La obra de Eros y Psique es un bulto redondo o excultura exenta (grupo escultórico), que representan a los dios griego Eros y Psique, Eros, la figura masculina y Psique, la figura femenina. Están presentados de cuerpo entero, y Psique está medio yacente y Eros de rodillas sujetando a Psique. La finalidad de esta obra es mitológica. El material constructivo de esta obra es el mármol blanco sin policromar. La temática es mitológica, pero hay una temática secundaria que retorna de nuevo de la Antigüedad clásica, la figura humana, especialmente desnuda, la de Eros completa, ya que es la figura masculina y la de Psique semidesnuda, como era costumbre ya en Grecia. El asunto es un beso como un símbolo universal de amor y el deseo carnal. El tratamiento del tema es naturalista idealizado (ya que se persigue la belleza ideal). La composición es abierta y ambos forman una X (dibujada por las alas de Eros y las extremidades inferiores de los dos)que acentúa la proximidad y potencia la sensación de movimiento. La obra presenta frontalidad, hay un único punto de vista, que es el frontal. Hay escorzos para captar la profundidad de la obra, ya que las figuras aparecen giradas y torcidas. La calidad de las superficies es correcta, son lisas, finas y pulidas. Esta obra expresa una cierta sensación de morbidez o blandura, transmite la calidad de la piel, del cabello de los protagonistas, del manto de Psique, de las alas de Eros. Transmite muy bien las calidades de los objetos representados. Los estudios de luces y sombras son correctos, incide de forma clara y difusa en las figuras; no hay grandes contrastes entre luces y sombras. Éstas últimas se captan en las piernas de Psique, en su abdomen, en el torso de Eros... Los estudios anatómicos son correctos, el estudio del pelo, del cuerpo de los representados, etc. El estudio de los ropajes también es correcto y ya que el neoclasicismo es una vuelta a las formas clásicas, se recupera la técnica de paños mojados de Fidias, en la que los pliegues de los ropajes, caen de forma natural, y no plana o geométrica.

Comentario

Psique, hija de un rey de Asia, conocida por ser una muchacha de extraordinaria belleza de la cual se enamoró Eros (dios griego del amor) , cayó sumida en un profundo sueño al destapar el cántaro que debía entregar a Venus por encargo de Proserpina, pero la curiosidad hizo que abriera el cántaro y quedó sumida en un profundo sueño hasta que el beso apasionado de Eros la despertó.

El autor, huérfano de padre a los tres años, lejos de su madre y en situación económica precaria, creció bajo la tutela de su abuelo. Éste consciente del talento de su nieto, vendió parte de sus tierras para costear a su nieto una formación en Venecia. Canova pondría el rostro de su abuelo en su obra veneciana más importante, Dédalo e Ícaro.

A pesar del rigor clasicista de los cuerpos y los rostros de los protagonistas, el planteamiento compositivo resulta notablemente expresivo. Así Eros se inclina para besar a Psique mientras ella se incorpora sobre la cadera derecha y levanta el rostro hacia el de su amado. Este beso está situado en un punto concéntrico, hacia donde la mirada del espectador es habilmente dirigida y que corresponde con los labios de los dos protagonistas, a punto de encontrarse. La exquisita colocación de los brazos, acentúa la pasión y el erotismo de la escena: Eros rodea con el brazo izquierdo el cuerpo de ella y su mano reposa en el pecho; el brazo derecho acoge con ternura la cabeza de su amada; Psique envuelve la cabeza del dios con los brazos formando un círculo, excepcional encuadre de la acción central, el beso inminente.
Cánova elegía el mármol más blanco y, una vez terminada la obra, la afinaba con piedra volcánica y la bañaba en cal y ácido que hacían lucir el mármol como si fuera piel real. La incidencia de la luz sobre ella provoca un conseguido claroscuro

Lluvia, vapor y humo

Lluvia, vapor o velocidad también conocido como el gran ferrocarril del Oeste es un óleo sobre lienzo pintado por el artista romántico  Joseph Mallord William Turner, más conocido como Turner (1775- 1851). La figura de este artista fue bastante polémica en vida pero la historia lo ha consagrado como uno de los mejores pintores románticos. Turner se especializó en la producción paisajística – al igual que Constable- y su obra destaca por el tratamiento de la luz, de hecho su obra ha sido considerada el prefacio de los estudios impresionistas sobre la luz y la dispersión cromática.
Rain_Steam_and_Speed_the_Great_Western_Railway
Su obra se identifica como ninguna otra con los parámetros románticos: grandiosidad de la naturaleza, ruptura de las reglas clasicistas, la pequeñez humana ante los fenómenos naturales…

La obra realizada en óleo sobre lienzo ya estaría ejecutada en 1844 cuando el artista la presentó a la Royal Academy.
En ella se muestra una escena típica de la época, un paisaje surcado por la figura del ferrocarril; Turner se muestra conciliador con los avances tecnológicos que surgieron tras la Revolución Industrial. Así, en Lluvia, vapor y velocidad Turner representa el ferrocarril más moderno que existía el GWR (gran ferrocarril del Oeste) que en ese momento que atraviesa el puente de Maidenhead sobre el río Támesis. La vista escogida por el artista sería la del Este, en dirección Londres. Con todo la obra no es ninguna elegía al progreso si no que el artista utiliza este nuevo medio de trasporte como un medio para estudiar el movimiento y la desmaterialización en la obra.
El paisaje  apenas está definido, el tren viaja a través de las vías en dirección al espectador y en la obra la velocidad, el vapor de la locomotora y la lluvia que azota el paisaje forman una atmósfera que el pintor romántico es capaz de captar con total maestría. La locomotora es quien plasma el vapor, la atmósfera cargada está desdibujada por la lluvia y la velocidad está representada por una pequeña liebre que corre en el lado izquierdo.
La línea del horizonte divide en cuadro en dos partes distintas: la superior ocupada por el cielo y la inferior por el paisaje que se rasga por el ferrocarril.
El artista tomó varios apuntes in situ y después realizó la obra en su taller, la carga de pintura es muy potente y la pincelada es rápida y certera. El color predomina sobre el dibujo de hecho, los contornos aparecen fuertemente desdibujados. La paleta de colores es la típica de la última etapa de Turner, con colores terrosos que abarcan desde el marrón al amarillo.
La composición está ordenada a través de una diagonal que nos trasporta desde el primer plano del cuadro hasta el fondo actuando como un punto de fuga. El movimiento del cuadro es innegable y en su época algunos críticos incitaban a los espectadores a ver el cuadro antes de que el tren se escapara de la obra.
Hoy la obra de Turner se encuentra en la National Gallery de Londres.

El juramento de los Horacios


Título: El juramente de los Horacios
Autor: David, Jacques-Louis
Cronología: 1784
Localización actual: Museo Louvre
Estilo: Neoclasicismo
Técnica: Oleo
Género: Mitológico o histórico, figurativa



Contexto histórico: El neoclásico se extenderá hasta principios del XIX y será un estilo identificado con la Revolución Francesa y el Imperio napoleónico. Será un arte más burgués que no aristocrático.
El neoclásico se contrapone a los "excesos" del rococó y del barroco y pretende devolver a los ideales estéticos del clasicismo griego.
Esta visión tan rígida del arte encorsetó los artistas y provocó una disminución de la creatividad en los aspectos técnicos puesto que tuvieron que ceñir los trabajos a unos dictados formales rígidos y académicos.

Análisis formal
Elementos técnicos: Se trata de un oleo sobre tela donde destacamos los colores grises, ocres y rojos, los negros del fondo, contrastados con los puntos blancos. En cuanto a la pincelada hay un predominio de la línea y el dibujo. En cuanto a la luz, es natural y viene de lado (izquierda) para dejar el fondo y así destacar las figuras en un primer término. En referencia al espacio tridimensional, tiene una perspectiva lineal que lo consigue con las baldosas del tierra y las baldosas de la paredes.
Elementos formales: Se trata de una composición cerrada, estática, superficial y predomina el reposo. Esta formada sobre los tres arcos que marcan tres espacios diferentes y cada una forma parte de uno, las figuras de los hombres forman como un rectángulo, mientras que las mujeres tienden a ser como una forma conjunta de un triángulo, pero es una observación un poco forzada Aquí encontramos dos actitudes, por un lado, los hombres que muestran la línea recta y por la otra banda, las mujeres que muestran la línea curva.
El ritmo en este cuadro se mujer porque las figuras de la izquierda nos conduce la mirada hacia el centro, y contrastan radicalmente con las figuras de la derecha, además, lo cuadro té muchos juegos de triángulos correlativos con las espadas, arcos, Hombres, mujeres...
La energía y la vitalidad que desprenden los hombres quedan contrarrestadas por el abatimiento de las mujeres. El aposento en que tiene lugar la acción está desproveída de decoración. Las columnas de los arcos son de orden toscano.
Las perspectiva es lineal, esto se provocado la rachola del tierra y las paredes laterales.

Estilo: Obra muy paradigmática de su estilo: el neoclasicismo, del cual tiene todas las características formales del estilo. Para un artista en este momento es adaptarse. David era un pintor que estaba por encima de la política.

Iconografía: En el s.VII a.C Roma y Alba Longa se disputaban el dominio de Italia central. Decidieron luchar entre ellos, tres hermanos de cada bando Horacis por Roma y los curiacidos por Alba Longa. El único que sobrevivió fue uno de los Horacios, el cual al ver los llantos de su hermana Camila causados por la palabra de su prometido, uno de los Curiacios, la mató puesto que lamentaba la muerte de un enemigo roma.

Significado: David con la elección de este tema El juramento de los Horacis, el que quería era imbuir en los espíritus de su época el sentido del deber hacia la patria, a imagen y parecido de los Horacios.

Torre Eiffel

Título: Torre Eiffel
Arquitecto: Eiffel, Alexandre Gustave (1832 – 1923)
Cronología: 1887 - 1889
Localización: París
Estilo: arquitectura de Hierro
Materiales utilizados: Hierro
Sistema de construcción: con materiales Industriales






Contexto histórico: Especialmente importante por la arquitectura será el desarrollo de la Revolución Industrial. La industrialización hace posible la revolución de los transportes, el uso de nuevos materiales (hierro) y nuevas fuentes de energía (carbón/vapor). Como consecuencia de la industrialización, los estados europeos buscan nuevos mercados, . 

Los cambios políticos y económicos tienen consecuencias sociales 

La nueva sociedad industrial tiene nuevas necesidades. Las nuevas necesidades piden nuevas soluciones y nuevos materiales. 


Análisis Formal

Es una estructura de hierro formada por 18.000 piezas entrecruzadas fijadas por 2.500.000 remaches. 

El material de construcción se encuentra a la vista y es el elemento decorativo porque no hay ninguno otro recubrimiento ornamental , con excepción de la pintura que lo recubre 

El gran peso de la torre cae sobre 4 grandes pilares que parten de los ángulos de un espacio cuadrangular. A medida que la torre crece en altura, estos apoyos se inclinan y se curvan hacia el interior para acabar convirtiéndose en un único elemento. 

De los pilares salen cuatro grandes arcos semicirculares que ayudan a mantener el equilibrio y el peso de la torre. 

Grandes zócalos de hormigón sostienen los cuatro pilares. Cada uno de los pilares descansa sobre 8 gatos hidráulicos por el que se puede considerar que en realidad la torre tiene 32 patas.. Todo esto ayuda a minimizar la presión de la inmensa estructura. 
La estructura se completa con un entramado de vigas que se entrecruzan y que tienen la función de dar estabilidad a la torre frente a los vendavales 
La base de la torre es cuadrangular y no podemos diferenciar los espacios interiores y exteriores porque toda la estructura queda a la vista, no hay espacios cerrados 
A diferencia de los rascacielos modernos, la torre, tiene una estructura visible, con sólo dos plataformas intermedias y un mirador superior. 
Esta tiene tres pisos y se acceden mediante unos ascensores (símbolo de modernidad) o por escaleras 
El color original fue el amarillo, pero después se ha pintando de tonos diferentes.

Estilo: Pertenece al estilo del Arquitectura de hierro y de los nuevos materiales. Su característica fundamental es que da importancia a la búsqueda de soluciones para nuevos problemas constructivos (puentes, naves industriales, estaciones de ferrocarriles...).

Significado: El ingeniero francés Gustave Eiffel proyectó esta construcción para la Exposición Universal de París de 1889. Es considerado el máximo exponente de la arquitectura metálica.

Función: La estructura se empezó el 1887 para que sirviera como arco de entrada a la Exposición Universal, una feria mundial organizada para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa.. ES UNA CONSTRUCCIÓN CONMEMORATIVA 

En el siglo XX la torre fue adquiriendo otras funciones: 

Actualmente tiene una función turística muy importante para la ciudad de París; 

Por su antena se salvó de la destrucción, puesto que a la Primera Guerra Mundial recibía las emisiones de radio alemanas. Después ha continuado teniendo esta función, emisión de programas radiofónicos y televisivos.

Almacenes Carson


Nom: Almacenes Carson, Pirie i Scott
Autor: Louis Sullivan
Cronología: 1899-1901
Localización: Chicago (USA)
Estilo: Escuela de Chicago
Sistema constructivo: industrial. Hormigón, hierro y vidrio
Tipo de edificio: civil





Contexto histórico: Chicago era al principio un pueblo agrícola y ganadero al lado del lago Mishigan. El 1871 fue destruido por un incendio y se tuvo que reconstruir por completo. Muchos arquitectos participaron en la reconstrucción, la cual, debido a la carencia de suelo y a los elevados precios de estos, originó los característicos rascacielos.

Estilo: Estructuras metálicas que entre otras cosas, permitirán realizar edificios de gran estatura. Uso del pilar de hormigón como apoyo. Será la solución al desafío de construir sobre un tierra húmeda. Ventanas extendidas horizontalmente por toda la fachada, puesto que no serán necesarios los muros de carga. Posible eliminación de los muros de carga. Desarrollo del ascensor eléctrico. Se suprimen los elementos decorativos y se opta por las superficies lisas y acristaladas.

Análisis formal
Los almacenes Carson están sostenidos por un esqueleto formado por los nuevos materiales, como el cemento armado. Esto forma una estructura interna de hierro que permite hacer edificios mucho más altos, abrir grandes ventanas y diseñar los interiores libremente, sin depender de muros de carga.

Espacio exterior: La fachada presenta dos partes muy diferenciadas. La base del edificio, formada por el entresuelo y la primera planta, cerrados con amplios escaparates de vidrio situados a ras de fachada. En la base podemos encontrar dos bandas de rica ornamentación de hierro fuera. El resto de plantas siguen una construcción celular, repitiendo un mismo módulo que sigue un ritmo de ventanas horizontales. Estas ventanas son más bajas en la parte superior, y están separadas por una geométrica estructura de hormigón. La parte superior se cierra con una cubierta plana.
Sullivan resuelve el rompimiento de la esquina levantando un pabellón circular que sigue la estructura del cuerpo inferior del edificio, con una decoración muy exagerada en la parte baja. La fachada está proyectada para dejar entrar la luz.
La horizontalidad le da poca sensación de altura, a pesar de tener 10 pisos, cosa que le permite una mayor adaptación visual al entorno.
Espacio interior: La planta es libre, sólo columnas y pilares rompen la continuidad del espacio.
La luz es un elemento predominante en todo el interior.

Significado: Estos almacenes dan una doble lección de arquitectura: la articulación de un interior amplio y la disposición de unas fachadas abiertas que contribuyen a hacer el interior todavía más espacioso, aportándole luz natural. Son un auténtico antecedente de los almacenes actuales, y son también un claro antecedente del racionalismo arquitectónico posterior.

Función: Este edificio funcionó hasta el 2007 como grandes almacenes de la firma Carson, Pirie y Scott.


Modelos e influencias: Sullivan mantiene formas ornamentales influidas por el modernismo, que conoció en su visita en París, el edificio recoge la esencia de las innovaciones constructivas de la Escuela de Chicago

Almacenes Carson

Nom: Almacenes Carson, Pirie i Scott
Autor: Louis Sullivan
Cronología: 1899-1901
Localización: Chicago (USA)
Estilo: Escola de Chicago
Sistema constructivo: industrial. Hormigón, hierro y vidrio
Tipo de edificio: civil







Contexto histórico: Chicago era al principio un pueblo agrícola y ganadero al lado del lago Mishigan. El 1871 fue destruido por un incendio y se tuvo que reconstruir por completo. Muchos arquitectos participaron en la reconstrucción, la cual, debido a la carencia de suelo y a los elevados precios de estos, originó los característicos rascacielos.

Estilo: Estructuras metálicas que entre otras cosas, permitirán realizar edificios de gran estatura. Uso del pilar de hormigón como apoyo. Será la solución al desafío de construir sobre un tierra húmeda. Ventanas extendidas horizontalmente por toda la fachada, puesto que no serán necesarios los muros de carga. Posible eliminación de los muros de carga. Desarrollo del ascensor eléctrico. Se suprimen los elementos decorativos y se opta por las superficies lisas y acristaladas.

Análisis formal
Los almacenes Carson están sostenidos por un esqueleto formado por los nuevos materiales, como el cemento armado. Esto forma una estructura interna de hierro que permite hacer edificios mucho más altos, abrir grandes ventanas y diseñar los interiores libremente, sin depender de muros de carga.

Espacio exterior: La fachada presenta dos partes muy diferenciadas. La base del edificio, formada por el entresuelo y la primera planta, cerrados con amplios escaparates de vidrio situados a ras de fachada. En la base podemos encontrar dos bandas de rica ornamentación de hierro fuera. El resto de plantas siguen una construcción celular, repitiendo un mismo módulo que sigue un ritmo de ventanas horizontales. Estas ventanas son más bajas en la parte superior, y están separadas por una geométrica estructura de hormigón. La parte superior se cierra con una cubierta plana.
Sullivan resuelve el rompimiento de la esquina levantando un pabellón circular que sigue la estructura del cuerpo inferior del edificio, con una decoración muy exagerada en la parte baja. La fachada está proyectada para dejar entrar la luz.
La horizontalidad le da poca sensación de altura, a pesar de tener 10 pisos, cosa que le permite una mayor adaptación visual al entorno.
Espacio interior: La planta es libre, sólo columnas y pilares rompen la continuidad del espacio.
La luz es un elemento predominante en todo el interior.

Significado: Estos almacenes dan una doble lección de arquitectura: la articulación de un interior amplio y la disposición de unas fachadas abiertas que contribuyen a hacer el interior todavía más espacioso, aportándole luz natural. Son un auténtico antecedente de los almacenes actuales, y son también un claro antecedente del racionalismo arquitectónico posterior.

Función: Este edificio funcionó hasta el 2007 como grandes almacenes de la firma Carson, Pirie y Scott.


Modelos e influencias: Sullivan mantiene formas ornamentales influidas por el modernismo, que conoció en su visita en París, el edificio recoge la esencia de las innovaciones constructivas de la Escuela de Chicago

CASA BATLLÓ:       http://algargosarte.lacoctelera.net/post/2010/05/11/la-casa-batll-antonio-gaud-arquitectura-modernista-en                                                



                                                                SAGRADA FAMILIA. GAUDÍ


Comentario Artístico
Arquitectura religiosa pública.
En 1893 Gaudí se hizo responsable del proyecto de esta catedral con 31 años cuando sólo se había edificado parte de la cripta y del ábside. Gaudí transformó completamente el plan original y creó un proyecto en el que su imaginación, impulsada también por un enorme fervor religioso, se volcará en el diseño de novedosas soluciones estructurales combinadas con una decoración exacerbada.
El templo recoge influencias tan dispares como el gótico o la arquitectura de los templos hindúes, que reinterpreta añadiendo imaginativas estructuras que se inspiran tanto en paisajes rocosos como los de Montserrat como en formas vegetales.
El edificio está construido en piedra aunque se combinan ortos materiales como el hormigón o las piezas cerámicas empleadas en las decoraciones.
La planta es una derivación de la de cruz latina con cabecera con girola y capillas absidiales, un cuerpo formado por cinco naves y un transepto de tres. Dicha cruz latina está insertada en un anillo rectangular en el que se situarían diferentes dependencias del templo. Gaudí diseñó un templo con 18 grandes torres de las que se han edificado 8.
Las dos fachadas del transepto son muy diferentes. La oriental es la llamada de la Natividad y a la a la muerte de Gaudí le faltaba por construir una torre. Está dividido en tres pórticos: El central más grande y elevado es el llamado Portal del Amor a cuyos lados se encuentran el de la Esperanza y el de la Fe. Los tres portales son un enorme decorado escultórico y están rematados por una especie de gabletes parabólicos de caprichosas formas y líneas que recuerdan formaciones rocosas con estalactitas, estalagmitas y formas vegetales recubriéndolas. Una gran cantidad de esculturas situadas en nichos, hornacinas y curiosos pedestales ilustran diferentes escenas del Nacimiento de Cristo, desde la Anunciación hasta la Huida a Egipto.
El Pórtico Oeste o de la Pasión ha sido construido mucho más tarde de la muerte del arquitecto y en él vemos unas formas más rotundas, menos orgánicas y sin tanta decoración como en portal oriental. En el Portal de la Pasión una estructura de seis gruesas columnas con apariencia de troncos inclinados crea unos grandes arcos parabólicos que contrarrestan los empujes de dicha fachada.
Las torres mantienen la tendencia a la verticalidad del gótico pero sus contornos no son rectos sino curvos a modo de aguzadísimas formas parabólicas. La parte superior de las torres está rematada por cruces con una multicolor decoración cerámica.
La nave central se eleva más que las laterales, todas a la misma altura, aunque sobre las naves más exteriores aparece un graderío que ya no es un triforio sino un enorme coro. El espacio de las naves adquiere un curioso aspecto de bosque con unas columnas que parecen estilizaciones de troncos o tallos de flores y que sostienen una original cubierta formada por una sucesión de lo que semejan enormes corolas de flores.
La simbología cristiana está presente en toda la obra de Gaudí, pero el ejemplo más evidente de su aplicación es en el templo, que escenográficamente presenta la vida de Jesús y la historia de la fe. Con este objetivo, el templo se ha ido construyendo a lo largo de los años según la idea original de Gaudí, que escenifica la iglesia católica con la arquitectura: Jesús y los fieles, representados por María, los apóstoles y los santos. Esto es visible en las dieciocho torres, que simbolizan a Jesús, la Virgen, los cuatro evangelistas y los doce apóstoles; en las tres fachadas, que representan la vida humana de Jesús (desde el nacimiento hasta la muerte), y en el interior, que sugiere la Jerusalén celestial, donde un conjunto de columnas, dedicadas a ciudades y continentes cristianos, representan a los apóstoles. 
En algún momento las formas de la Sagrada Familia puedan recordar el estilo gótico, pero en la Sagrada Familia no hay nada de lo que en el gótico es esencial. Así, el gótico se veía obligado a contrarrestar el desplazamiento de las fuerzas, utilizando contrafuertes y arbotantes. Es decir, los arcos exteriores tenían una función de contrarresto de los empujes, no de decoración.
En la arquitectura Gaudiniana, por el contrario, gracias al empleo de novedosas soluciones estructurales entre las que podemos destacar las curvas parabólicas ya mencionadas, los pesos y las fuerzas se desplazan en sentido vertical y los empujes o el desplazamiento de las fuerzas laterales es contrarrestado por pilares o columnas que se inclinan. Ésta es una de las razones por la que las dos fachadas existentes han podido ser edificadas como si fueran construcciones independientes del resto del templo. En realidad, la visión de la naturaleza como obra de Dios le lleva a Gaudí a encontrar en ella una de sus fuentes de inspiración principales como hemos visto en esas columnas que semejan enormes troncos o las fachadas que parecen u fantástico paisaje rocoso o en la idea que tenía de policromar los pórticos de la fachada este para acercarse a los colores de la Naturaleza.
Clasificación
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Desde 1882 hasta la actualidad. Diversos arquitectos, siendo el arquitecto que analizamos Gaudí (desde 1883 hasta 1926). Neogótico derivado a Modernismo.
Gaudí hubiera preferido orientar las fachadas del templo en dirección este-oeste. Él es quién entendió el templo como una basílica de planta de cruz latina, con tres naves en el transepto y un cuerpo longitudinal de cinco naves con una nave central más alta,  rematado por un ábside con siete capillas. Darían acceso al templo tres grandes fachadas, cada una de ellas con cuatro campanarios: la del Nacimiento a levante, Pasión a poniente y Gloria a mediodía.

El arquitecto propuso también la construcción de una plaza de forma estrellada alrededor del templo que permitiría verlo desde un ángulo de 360º, propuesta que no fue aceptada
Relaciones estilísticas con otros monumentos histórico-artísticos
Las primeras obras de Gaudí recogen el eclecticismo de la época, con formas inspiradas en el gótico, el mudéjar, y la arquitectura islámica. De esta época podemos destacar la casa Vicens en Barcelona o el palacio episcopal de Astorga.

Posteriormente su estilo evolucionará hacia propuestas más fantasiosas creativas y personales, plenamente modernistas en las que además de los aspectos más decorativos y de procedimientos constructivos en los que lo artesanal tiene mucha importancia (tallado de piedra, forjados,..), desarrollará estructuras y sistemas portantes y de estructuras absolutamente novedosos y de gran pericia técnica. De este periodo son obras como la reforma de la casa Batlló, el parque Güell, la casa Milá o la que, a pesar de encontrarse inacabada, es su obra más conocida: La Sagrada Familia, todas ellas en Barcelona. Análisis entorno socio-cultural
El modernismo surgió por la evolución del eclecticismo y el historicismo, es un arte burgués que integra en la arquitectura todo el arte y es una corriente esencialmente decorativa. Se desarrolla a caballo entre los siglos XIX y XX.
El modernismo español se manifestó en Cataluña, debido a la influencia europea y como una forma de singularizarse del resto de España, también porque estaba implantada la industria, a diferencia del resto de España, y el Modernismo es un arte burgués.


 

GOYA 
Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828), nacido en Fuentedetodos (Zaragoza), es la gran figura del arte y el pintor más genial desde el barroco hasta finales del siglo XIX. Vivió a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, conociendo y trabajando para cuatro reyes (Carlos III, Carlos IV, José I y Fernando VII). Es un pintor excelso difícil de encasillar, ya que cultivó el Rococó, el Neoclasicismo y el Romanticismo, y anticipó los cambios radicales de la pintura contemporánea: Impresionismo, Expresionismo y Surrealismo. Dominó todas las técnicas pictóricas: pintura mural al fresco y de caballete, cartones para tapices y grabados y litografías; cultivó todos los géneros y temas: retratos psicológicos, bodegones, cuadros religiosos, costumbristas e históricos. Su pintura evolucionó desde unos temas alegres y galantes, con una pincelada firme y decidada y colores luminosos (cartones para tapices en la fábrica de tapices) hacia una pintura desgarrada, dolorosa y con los fantasmas de su mundo interior, acrecetandos por la enfermedad de la sordera y los desastres que causó la Guerra de la Independencia, que le llevan a realizar las Pinturas Negras, donde la pincelada es ya deshecha y el color negro lo domina todo, con temas macabros y espectrales.  
Algunas notas se desprenden de su extensa obra. En primer lugar su amor al pueblo. Las escenas populares, fiestas y trabajos, están plasmadas con simpatía y los cuadros patrióticos traslucen una honda compasión por los sufrimientos colectivos. En contraposición, aunque de manera sutil, un tanto disimulada, puede vislumbrarse en la serie de retratos reales y nobiliarios una posición crítica, que en parte se dirige a las personas pero también a las instituciones. La crítica social, lo que ama y aborrece el artista, se pone de manifiesto en los expresivos pies de sus grabados, sobre todo en la serie de los Desastes, donde canta las excelencias de la paz, exhibiendo lo monstruoso, lo irracional y cantando la necesidad de la razón. Lucha contra los convencionalismos y las tradiciones, anhelando una sociedad libre, una sociedad mejor, en la que los seres humanos puedan vivir en paz, sometidos al imperio de la justicia y a las luces de la inteligencia crítica. Goya pertenece al siglo XVIII, racionalista e ilustrado, por la primera parte de su obra (tapicerías, retratos y dibujos) con una fuerte influencia de Velázquez. Pero Goya también fue un romántico del siglo XIX puesto que dejó que encarnara en él el viejo fuego español abrasador por lo místico y que se ríe con un humor feroz. En él se dan todos los contrastes de ese momento transicional entre el racionalismo ilustrado del Neoclasicismo y la tormenta romántica del liberalismo y romanticismo.  
Goya rechaza del Neoclasicismo su consideración dibujística, académica, acromática y estática y saltando ser él enlaza con los grandes maestros barrocos para postular una pintura en la que el dibujo pierde su imperio y se ensalza en cambio el color, la inspiración y el movimiento. En la riqueza de brillos, colores y luces, el mundo goyesco destaca claramente de sus contemporáneos, como David. La esencia de la pintura está en el color, no se puede prescindir de él. Todos los movimientos pictóricos posteriores beben en su obra, por eso no es exagerado llamarle “el primer pintor moderno”. Muchos contemporáneos no entendieron su pintura. Los que acusaban a Courbet de afear voluntariamente la naturaleza no podían entender a Goya. Pero los pintores realistas franceses, de manera más o menos consciente, siguieron los caminos goyescos, en la técnica y en las concepciones.  


Más clara es la deuda del Impresionismo; la técnica de manchas coincide, y Manet viene a España a estudiar la obra de Velázquez y Goya, a la que rinde directamente homenaje en varias ocasiones (Majas en el balcón). En el siglo XX, durante la crisis de conciencia de la Primera Guerra Mundial, el movimiento expresionista intentará plasmar el dolor y el miedo, el mundo interior de seres turbados, pero elevándolos a categoría, prescindiendo de la representación concreta. Sus sentimientos son los que hemos encontrado en Goya, su objetivos coinciden en gran parte. Y cuando los surrealistas se afanan en expresar el mundo de los sueños, siguiendo conquistas del psicoanálisis, no inauguran una posibilidad del arte sino que enlazan con la que El Bosco y Goya habían desvelado. Otras veces su pintura se muestra abstracta e informalista (El perro). Su pincelada está más atenta en romper las formas tradicionales de composición, en modelar las texturas, en el grosor del empaste. La pintura entera de los siglos XIX y XX, con todas sus múltiples escuelas o tendencias, sin lugar a dudas tiene en Goya su fuente de inspiración y de técnicas.



LA FAMILIA DE CARLOS IV:
 ENCUADRE:

Título:  La Familia de Carlos IV. Museo del Prado. Madrid.
Autor: Francisco de Goya (1746-1828).
Género artístico:  Pintura: retrato real. Óleo sobre lienzo (280 cm × 336 cm.).
Estilo: Arte de transición entre el Neoclasicismo y el Romanticismo.
Cronología: 1800.
Otras obras del autor: Retrato de Fernando VII, Retrato de Jovellanos; Retrato de la Duquesa de Alba; La Maja vestida; La Maja desnuda; Los fusilamientos del tres de mayo...

ANÁLISIS:

El retrato diseñado por Goya es una representación de grupo de toda la familia real, al estilo de cómo lo había hecho Louis-Michel van Loo, en su cuadro de La familia de Felipe V o Jean Ranc en otro retrato de la misma familia. Goya revela su maestría en cada detalle del cuadro, tanto por el dominio formal de la luz como por la sutil definición de las personalidades, acentuada por la reducción de las referencias espaciales, subrayándose de este modo la capacidad del artista de aragonés para analizar a sus retratados.
La familia de Carlos IV lo componen catorce personajes donde Goya rinde homenaje a Velázquez y su lienzo Las Meninas. Es un lienzo de enormes dimensiones (más de tres metros de ancho por otras casi tres de alto) que se dispone en tres grupos  de cuatro personajes, que ordenan la composición: a la izquierda el infante Carlos María Isidro, y junto a él, avanzando en primer plano la figura egregia de Fernando, en esas fechas Príncipe de Asturias todavía. Completan el grupo, Doña María Josefa, hermana del rey, y a su lado una muchacha sin rostro que alude, de esta forma,  a la futura mujer de Fernando VII, que aún no se conocía. El grupo central viene dado por los padres de familia, el rey y la reina, Carlos IV y María Luisa de Parma, acompañados de la infanta María Isabel y su hermano pequeño, el príncipe Francisco de Paula (de la mano de la reina). El tercer grupo, situado a la derecha y en un plano algo más secundario, está formado por el  infante  Antonio  Pascual, Doña  Carlota Joaquina y finalmente los príncipes de Parma que llevan en brazos al pequeño infante Carlos Luis. El pintor destaca en el centro a la reina, con intención de realzar la figura de la reina María Luisa, auténtica dominadora en la familia, además de presentar al rey con cierta pose bobalicona. Remata la composición el autorretrato del propio Goya, a modo de homenaje a Velázquez en Las Meninas, pero en un segundo plano y en mayor penunbra que aquel.


Goya muestra a los miembros de la familia real de pie,  presentando la obra gran verticalidad, dispuestos en forma de friso como aparecen también los personajes de Las Meninas de Velázquez, vestidos con lujosos ropajes de seda y con abundantes joyas y condecoraciones, los varones con la Orden de Carlos III, el Toisón de Oro y la Orden de San Genaro, y las mujeres con la banda de la Orden de María Luisa. El pintor pone en estos detalles todos los recursos de su maestría a fin de representar a la familia real en toda su dignidad, destacando a la vez el carácter bondadoso y sereno del monarca reinante. 
A diferencia del lienzo velazqueño, Goya no concibió un juego de perspectivas y luces tan complejo como el que se percibe en Las Meninas. Con la reducción del espacio (personajes delante del muro), Goya elimina también los elementos barrocos que tenía el cuadro velazqueño, con el juego de alusiones y adivinanzas creado por el reflejo de los reyes en el espejo y el motivo del cuadro en el que el pintor trabaja. La mayoría de los personajes, nueve,  quedan en un completo primer plano, mientras que los otros cuatro personajes quedan en un segundo plano muy próximo al anterior, aunque en todos los casos podemos apreciar sus rostros con todo detalle.
Destaca en la ejecución la pincelada goyesca, casi presagiando el impresionismo, que le permite aplicar destellos para crear una ilusión bien delineada de la calidad de las vestiduras, condecoraciones y joyas. Sin embargo, es una obra alejada de las representaciones más oficiales, pues el rey y su familia no portan símbolos de poder. Tampoco utiliza el recurso de Van Loo: situar a la familia entre cortinajes a modo de palio.
Como en Las Meninas, la familia real aparece representada en una estancia y son también dos los lienzos que Goya pinta como fondo de la estancia: un paisaje a la derecha y un tema mitológico a la izquierda.
En el lienzo se elimina todo lo accesorio y el pintor va a lo fundamental, a lo principal, que en este caso se consigue principalmente a través de dos recursos magistralmente tratados: la luz y la pincelada. Una luz que irrumpe desde un foco lateral por la izquierda  y que proyecta las sombras en el suelo, además de  bañar con rotunda diafanidad a toda la familia en su conjunto, y que es la que precisamente deja en sombra el segundo plano donde se esconde el propio Goya, autorretratado en una posición muy marginal. Luz que envuelve el cuadro en una atmósfera cálida y brillante que dignifica el retrato de todo el grupo, y que envuelve la escena en un ambiente tan real, que consigue que los personajes resulten mucho más cercanos.
La pincelada enriquece esa misma sensación de luminosidad con la pastosidad de sus trazos, sumándose al tono cálido de unos colores que, sin estridencias, agrandan la brillantez del cuadro. Es Goya por tanto en estado puro, porque su pincelada basta, cargada de empaste y aplicada en amplias manchas de color contribuye, como tantas veces en sus obras, a la fuerza expresiva del retrato. De hecho, el cuadro es una obra llena de humanidad y franqueza, y por eso tal vez fuera finalmente bien acogido, porque la familia real se vio asimisma como era, no a lo mejor como le hubiera gustado ser representada, pero sí como era en realidad. Con respecto a los colores, se encuantran tres colores puros acertadamente distribuidos en la obra: rojo, verde y amarillo: el rojo y el verde, complementarios, se encuentran ubicados en forma equilibrada acercándose a los márgenes derecho e izquierdo. También, en la parte central del lienzo está el príncipe vestido en un rojo mucho más puro que el resto. El amarillo se presenta  en los vestidos de las mujeres. El fondo posee colores neutros amarillentos y por zonas muy bajos.


La composición muy cuidada y una técnica avanzada, de pincelada muy suelta y vibrante, pero capaz de reproducir en la distancia los más precisos detalles, completarán la calidad de un lienzo al que podemos considerar una de las obras maestras de toda la Historia de la pintura. La vistosidad y el lujo de los atuendos, tratados en sus detalles en forma pastosa y abocetada son demostración de que Goya es un gran colorista.
COMENTARIO:

La Familia de Carlos IV supone la culminación de todos los retratos pintados por Goya en esta época. Gracias a las cartas de la reina María Luisa de Parma a Godoy conocemos paso a paso la concepción del cuadro. Goya comenzó a trabajar en los bocetos (de los que el Museo del Prado conserva cinco) en la primavera de 1800. Goya comenzó a trabajar en él en mayo de 1800, cuando la familia real pasaba una temporada en el Palacio de Aranjuez. Entre mayo y julio realizó los bocetos con los retratos del natural de cada uno de los miembros de la familia real. Por deseo de la reina el pintor los retrató por separado, lo que evitó que todos juntos debieran posar durante largas y tediosas sesiones. La entrega definitiva del cuadro se hizo en 1801.
Alrededor de esta obra existe mucha literatura ya que siempre se considera que Goya ha ridiculizado a los personajes regios. Resulta extraño pensar que nuestro pintor tuviera intención de poner en ridículo a la familia del monarca; incluso existen documentos en los que la reina comenta que están quedando todos muy propios y que ella estaba muy satisfecha. Más lógico resulta pensar que la familia real era así porque, de lo contrario, el cuadro hubiese sido destruido y Goya hubiese caído en desgracia, lo que no ocurrió.  De hecho, se sabe que Carlos IV aludía a él castizamente como el retrato "de todos juntos",  y parece que sus protagonistas se vieron fielmente representados y pudieron quedar complacidos, como muchos de los personajes retratados por Goya con igual sinceridad y verismo, pues el pintor les dotaba de una apariencia vívida y un aire de dignidad y decoro como pocos pintores de la época podían alcanzar. Así, si se comparan sus retratos con otros contemporáneos, se puede observar que Goya los pintó notablemente favorecidos, tratando de "servir a sus señores del mejor modo posible". Pese a ello, en el pasado se vio en el cuadro una crítica de Goya a la monarquía, con alusiones al aspecto aburguesado de los protagonistas, que Goya no habría tenido inconveniente en trasladar al lienzo. Se cuenta en ese sentido que Pierre-Auguste Renoir, al visitar el Museo del Prado y ver este cuadro, exclamó: "El rey parece un tabernero, y la reina parece una mesonera...o algo peor, ¡pero qué diamantes le pintó Goya!".

Como gran retratista y conocedor del alma humana, los gestos de los personajes de Goya revelan unos rasgos muy humanos en el comportamiento íntimo y familiar de los retratados: la infanta Isabel sostiene a su niño muy cerca del pecho, evocación de la lactancia, y el infante don Carlos se abraza tiernamente a su hermano Fernando, denotando cierta timidez y miedo. Con respecto al boceto, la imagen de Carlos María Isidro presenta algunas diferencias. La imagen es más difusa y el rostro congelado, distinto del carácter alegre y sincero del infante. Tampoco ahonda en la complicada psicología del infante, quien parece arroparse bajo la figura de su hermano Fernando, futuro rey de España. Esa sinceridad de Goya en sus retratados hace que la reina aparezca con el rostro desagradable y  gesto de amargura, mientras nos presenta al rey con cara roja, insulso, presuntuoso y lleno de condecoraciones, captando su carácter abúlico y ausente. La obra es, por tanto, un documento humano sin parangón, así como el retrato de unos personajes y de una época.
Al fondo se encuentran dos cuadros de autor y tema desconocidos, sobre los que se han formulado numerosas hipótesis, ya que no se puede saber cuáles son.  Se ha hablado que  un lienzo es mitológico, probablemente relacionado con la mitología de Hércules y, de este modo, con el origen extraordinario de la dinastía francesa. Entre  las hipótesis está las de Hagen, quién  considera que uno de esos cuadros podría aludir a Lot y sus hijas, en referencia al libertinaje que se vivía en la corte. Pero estas hipótesis, que tienden a ver una crítica caricaturesca en el retrato grupal, chocan con la posición de Goya en la corte y los sobrados motivos de agradecimiento que podía tener en particular hacia el rey.
A diferencia de los países nórdicos en España el retrato colectivo fue escasamente practicado, siendo el único que podría considerarse como retrato de la familia real hasta el momento era Las Meninas, de Velázquez, único antecedente directo español de La familia de Carlos IV. La familia de Felipe V de Van Loo, es el paradigma de los retratos grupales en la Corte española de los Borbones. Destaca en el cuadro una soberbia escultura, un pomposo mobiliario y las actitudes idealizadas de los miembros de la Familia Real, a fin de legitimarlos y aproximarlos a un ideal de raza y belleza. Todas estas características son desechadas por Goya, quien muestra a los reyes de un modo más humano. Fuese idea suya o sugerida por los monarcas, al incluir su retrato en el de La familia de Carlos IV, Goya buscó una mayor aproximación a Las Meninas, sintiéndose más cercano ahora a Velázquez desde su nuevo cargo de primer pintor de cámara, el mismo que Velázquez había ostentado al servicio de Felipe IV. Pero Goya volvía en esta ocasión a saber guardar las distancias, colocándose con su lienzo en el fondo y a la sombra.



Otros rasgos que recuerdan a Las Meninas son la presencia de dos cuadros en la pared del fondo y el hecho ya citado de que Goya se autorretratase detrás del lienzo que pinta, en su papel de creador al servicio de los reyes.
El Pintor aragonés sitúa a sus personajes en un espacio hermético y con poca iluminación que no les favorece, además de que presenta poca comodidad para el artista. El taller del pintor, a diferencia de Velázquez, ha sido convertido por Goya en una cárcel inhóspita y sórdida.
CONTEXTO HISTÓRICO:
El contexto histórico en el que se mueve la pintura de Goya es la segunda mitad del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX, justo cuando se está produciendo el paso de la Edad Moderna a la Edad Contemporánea, el paso del absolutismo monárquico y la sociedad estamental inamovible a una nueva sociedad liberal, con clases sociales, tras la revolución, que derriba los poderes absolutos y se inicia el constitucionalismo y el nacionalismo. Por tanto, tiempos convulsos, revolucionarios y contrarrevolucionarios, tiempos de cambios: eso es lo que le tocó vivir al pintor aragonés, siendo un hombre crítico con los desmanes de su tiempo y comprometido con el deseo de progreso y modernización de la Ilustración.
En el terreno del arte, el siglo XVIII se mueve entre dos estilos: convive un arte aristocrático y cortesano,  frívolo y galante, el Rococó, con el estilo Neoclásico, más expresivo de la burguesía, que encontrará en él la plasmación artística de sus ideales renacentistas. Los deseos de libertad y triunfo de los sentimientos llevarán al incio de la corriente del Romanticismo, en los primeros años del siglo XIX.

FUENTE: ARTE TORREHEBREOS

LAS PINTURAS NEGRAS 


La utilización del negro y las variaciones del gris, ya habían sido experimentadas por Goya en algunos de sus últimos cuadros costumbristas, para crear atmósferas sobre todo en los cuadros de crítica social. A partir de 1814, con la restauración absolutista de Fernando VII, el pintor preferido del rey, y por tanto de la Corte, es Vicente López, mientras que Goya recibe muy pocos encargos. Es el momento en que se traslada a vivir a la “Quinta del sordo”, en 1819, lugar donde realiza una pintura sorprendente, la recreación de un asunto privado, una especie de monólogo consigo mismo, sin ningún tipo de finalidad económica ni propósito de exhibición, con lo que la mente y el pincel quedan en total libertad, ya que pinta para sí mismo. En estas pinturas, muestra un mundo de seres extraños, grotescos, fantásticos, con brujas, procesiones siniestras, viejos repugnantes, visiones, en definitiva en las que triunfa lo expresivo sobre la belleza de las formas. Lo Feo, el Mal, adquieren un carácter convulsivo y amenazador (que luego será utilizado profusamente por los románticos). Salen a la luz las feroces y desencantadas visiones que el artista había ido acumulando a lo largo de su vida, puesto que hay que tener en cuenta que cuando Goya inicia esta serie cuenta ya con más de setenta años, en los que sobre todo su sordera ha ido acumulando recelos, resentimientos y sospechas de todo lo que le rodeaba.
Técnicamente, estas pinturas suponen un dominio total de la materia plástica con una audacia asombrosa que anuncia la libertad del arte contemporáneo, puesto que la mancha negra hace desaparecer la línea y gran parte de los colores y los símbolos desplazan a las formas concretas y reales. Las pinceladas se hacen pastosas, gruesas, largas, rápidas y expresionistas, llegando a utilizar la espátula para aplicar el color.
Respecto a la gama cromática, utiliza casi en exclusiva los ocres, los tonos de tierras y sobre todo los grises y los negros que le dan nombre al conjunto. Están compuestas por 14 escenas, que reciben su nombre del inventario de un amigo del pintor, Antonio Brugada, ya que Goya no les puso nombre: “Las Parcas”, “Un viejo y un fraile”, “Duelo a garrotazos”, “Aquelarre”, “Hombres leyendo” “Judith y Holofernes”, “Procesión del Santo Oficio”, “Mujeres riendo”, “Asmodea”, “La romería de San Isidro”, “Doña Leocadia Zorrilla”, “El perro” y las dos que comento brevemente a continuación.
“Dos Viejos comiendo sopas” nos muestra una alucinante deformación de la figura humana para expresar la esencia de la vejez, la pobreza, la soledad y la decrepitud. La escena representa a dos ancianos de los que su sexo no está claro, con aspecto, sobre todo el de la derecha, de calavera, simbolizando lo poco que le queda por vivir, reflejando tal vez la visión que el pintor tenía de la vejez que ya lo acompañaba, con el consiguiente deterioro que ésta trae consigo. La obra puede sin duda considerarse como un claro precedente del expresionismo del siglo XX, tanto por su asunto, como por su técnica.
“Saturno devorando a sus hijos” nos muestra una de las escenas más desgarradoras de la serie, ya que presenta el instante en que el dios está comiéndose el cuerpo de uno de sus hijos, simbolizando con ello, el horror, la destrucción y como el paso del tiempo termina con todo, lo cual constituye un verdadero leit motiv, una de las obsesiones particulares del artista. Algunos autores apuntan a que también podría simbolizar al rey absolutista Fernando VII, terminando con su pueblo. De la obra llama la atención el rostro de Saturno, deforme, con expresión de ferocidad y voracidad.



ARTE BARROCO ESPAÑOL

PINTURA

EL PATIZAMBO. JOSÉ RIBERA



  Óleo sobre lienzo
* 164 x 94 Cms
* Realizado en 1642
* Ubicado en el Museo del Louvre
 Desde el reinado de Felipe II la pintura española entró por completo en la órbita de la influencia italiana, desembocando en un vacío academicismo ajeno por completo al genio hispánico, el cual, a fuerza de doblegarse a algo extraño, ahogó prácticamente su impulso creador. Desde ese momento se empieza a anhelar un ambiente artístico más real y fuerte, algo que diese al artista motivo para expresar su sentir libremente y sin presión cortesana alguna. Pero además, se produjo un acontecimiento histórico trascendente para el arte, la Contrarreforma, enérgico movimiento espiritual encaminado a fortalecer y atraer a la fe a unos vacilantes creyentes. El proceso de reacción, cargado de sentimiento religioso, contra ese desgastado manierismo fue primeramente llevado a cabo por Navarrete el Mudo y, unos treinta años después, continuado por Ribalta y Sánchez Cotán. Sin embargo, quien va a desarrollar el realismo que caracteriza a la escuela española del siglo XVII será José de Ribera, El Españoleto, verdadero orientador de la pintura hispana del Siglo de Oro.
 Sobre la figura de Ribera se han escrito ríos de tinta que han forjado el mito de pintor maldito, de vida poco respetable y con un obsesivo componente sádico que le hacía deleitarse pintando todo tipo de incruentos martirios. Además, en lo relativo a su persona, la leyenda le atribuye un carácter altivo propio de un artista que sentía un enorme desprecio por sus colegas y cuyas manifestaciones eran violentas y llenas de rencor. Por fortuna, las modernas investigaciones han disipado en buena medida la niebla que envuelve a un pintor que sólo cede en importancia ante la incomparable figura de Velázquez y cuya originalidad interpretativa le coloca como el brillante iniciador de la mejor tradición española.
 Ribera, como hijo de su tiempo, participó en la reacción naturalista opuesta al idealismo renacentista. Para ello, interpretó la realidad con la misma fidelidad que los escritores de las novelas picarescas pero, a diferencia de éstos, su interpretación no deformó la realidad, no ocultó los defectos y no ofreció una determinada visión de las cosas. Por el contrario, se acercó a los temas rehusando la anécdota, huyendo de la gesticulación teatral e importándole únicamente el modelo que posaba ante él. En esos modelos existe una especie de sentimiento de responsabilidad que es, precisamente, el de la salvación estética del individuo. De igual manera puede afirmarse en las escenas de martirios, en las que Ribera huye de detalles cruentos y repulsivos que encontramos en lienzos flamencos e italianos, para centrarse más en los momentos previos a los mismos, esos instantes en donde la espiritualidad se humaniza y se evidencia la realidad con extraordinaria fuerza y emoción religiosa. Este es el gran aspecto de su realismo, lo que le convierte en el verdadero orientador de la pintura española del Siglo de Oro. Ribera conoció su oficio a la perfección; gracias a un dibujo sólido y a una prodigiosa técnica pictórica, dominó la representación del desnudo y no dudó en colocar a sus figuras en tremendos y violentos escorzos siempre resueltos de manera magistral, ordenado todo ello en maravillosas composiciones donde tanto luces como volúmenes respiran una severa armonía.
 En Nápoles, la trayectoria artística de Ribera fue del todo fulgurante; sus dotes de gran pintor, dibujante y grabador le hicieron pronto merecedor de una enorme fama, llegando a eclipsar por completo al resto de artistas y formando un gran taller en donde se rodeó de discípulos. Afianzada del todo su personalidad en los círculos napolitanos, una nueva etapa se abre en la trayectoria artística de Ribera entre 1635 y 1645, años en los que su pintura gana en luminosidad y colorido, desapareciendo los fondos negros de la época inicial. También en este período, Ribera gustó de introducir el paisaje en sus lienzos, lo que vino a reforzar aún más la dulzura y suavidad, características principales de aquel momento. El patizambo, obra que hoy nos toca comentar, pertenece precisamente a ese período de madurez. Poca gente deja de sorprenderse ante esta pintura de género que plasma a un mendigo tullido de Nápoles mirando al espectador descaradamente y exhibiendo una amplia y abierta sonrisa. Parece más que probable que Ribera tan sólo intentase plasmar a un mendigo napolitano, ya que estaba muy interesado en representar a la gente corriente. Sin embargo, la forma de combinar el realismo con la tradición anunciaba una nueva dirección en el arte. El muchacho que aparece en este cuadro, sin lugar a dudas una de las mejores obras de Ribera, debió ser un enano con el pie deforme — y tal vez las manos — que vivía de la mendicidad. Pese a que la vida no parecía haberle sonreído del todo, el muchacho se muestra jovial y desafiante. Porta la muleta al hombro y extiende, más con indiferencia que con desesperación, el papel que le otorga licencia para mendigar (Obligatorio en Nápoles en aquel tiempo). Si nos fijamos bien, en dicho papel aparece una leyenda en latín que traducida dice: Dadme limosna, por el amor de Dios. Ribera, en lugar de retratar al chiquillo acuclillado en alguna sucia callejuela, lo pinta en toda su corta estatura, recortado contra un paisaje que recuerda obras históricas, mitológicas y religiosas pintadas al estilo clásico. Pero es que además, Ribera confiere al muchacho una auténtica dignidad humana aumentada por el hecho de retratarlo desde un punto de vista muy bajo. De esta manera, el mendigo bien que podría ser un pequeño príncipe si lo imaginamos ataviado con otros lustrosos ropajes. El contraste entre el fondo del paisaje, mucho más suave en la paleta de colores, hace que el joven resalte aún más. Este portentoso óleo nos revela el talento de Ribera para transmitir una sensación de individualismo, mezclado con realismo y humanidad, que tanto influyó en el arte de su tiempo, sobre todo en España.


San Hugo en el refectorio de los cartujos – Francisco de Zurbarán


zurbaran-cartujos
* Óleo sobre lienzo
* 262 x 307 Cms
* Realizado hacia 1630 ó 1635
* Ubicado en el Museo de Bellas Artes de Sevilla
 Dos son las principales características que van a ser constantes en el grueso de la obra de este artista extremeño: El tratamiento básico y simplificado de los volúmenes y la valoración del blanco como color. Ello no sorprende en absoluto si comprobamos que Fuente de Cantos, el pueblo donde vio la luz por primera vez Zurbarán, está constituido por casas blancas de volúmenes compactos, dispuestas a lo largo del quebrado trazado de sus calles. La fisonomía parece tener un carácter ciertamente premonitorio en un artista que ha sido tradicionalmente encasillado como “pintor de frailes”, de telas blancas, de volúmenes puros y de ascéticos bodegones. Todo ello, sin dejar de ser cierto, debe ser comprendido en el marco de un contexto más amplio.
 La pintura de Zurbarán se inscribe en la perspectiva de un enfoque personal del naturalismo que, como reacción de los convencionalismos un tanto superados del Manierismo, se desarrolla en consonancia con las nuevas funciones que asume la imagen religiosa. Es la propia Iglesia la encargada de asumir un nuevo lenguaje como instrumento idóneo que va a cubrir las exigencias del arte al servicio de la Contrarreforma. Zurbarán es posiblemente el pintor que desarrolla sus posibilidades con mayor profundidad y acierto en relación con el asunto religioso. Su pintura genera un mundo en el que lo sagrado se narra mediante una caracterización de elementos familiares y cotidianos. Desde las flores, utensilios de una mesa o bodegón, muebles, pasando por las telas, panes o frutas, todos estos objetos aparecen retratados comportando un valor religioso y simbólico. Concretamente, sus magistrales bodegones suponen la antítesis del bodegón flamenco, caracterizado por un conglomerado de objetos en los que existe una clara referencia a la vanitas mundi.
 Pero si a Zurbarán se le identifica como un pintor beato, no es menos cierto que ello fue también debido a que la temática religiosa le vino impuesta por determinación de los sucesivos encargos, circunstancia que para algunos especialistas supuso una limitación a sus prodigiosas capacidades como pintor. Su obra es el testimonio del trabajo de un pintor sometido al sistema de constantes encargos que han de ser realizados con prisa, impidiendo en ocasiones un repaso o reflexión que requiere la creatividad pictórica. A diferencia de Velázquez, quien solía retocar posteriormente su obra, Zurbarán abandona sus lienzos para siempre una vez terminados, algo más que contrastado en lo relativo a su producción realizada para el mercado americano. Pero, a pesar de todo eso, Zurbarán trabaja al máximo las posibilidades de una serie de elementos pictóricos en cada nueva composición. Así, se afana en potenciar las posibilidades cromáticas y espaciales en los “estallidos” de gloria, el valor monumental que aportan los elementos arquitectónicos, en el acento que confiere en la intensidad humana y expresiva del personaje y el enfoque simbólico con que dota a los objetos cotidianos que ambientan el tema sagrado. De esta forma, pocos pintores como Zurbarán han obtenido unos resultados tan efectistas sobre un tema supuestamente accesorio como son los ropajes de sus personajes religiosos, con un tratamiento del color rico, elemental y especializado. En cuanto a la luz, se sirve de ella para reducir la figura y el objeto a formas netamente esenciales, con una insuperable utilización del color blanco, distinguiéndose los matices según el grado en que se hallan con una admirable propiedad en trazos, gamas y hechuras. Y en lo relativo a la composición, Zurbarán simplifica y reduce la figura y el objeto a su máxima concreción volumétrica, en una clara intención de atemporalidad. Frente al recurso barroco del movimiento, Zurbarán trata las figuras como objetos de bodegón desvinculados con elementos que los relacionan con la vida. Por ello, muchos críticos han visto en Zurbarán el pintor “más irreal del realismo”, una demostración de que dicho realismo no es sino superar la propia realidad.
 San Hugo en el refectorio de los cartujos pertenece a una serie cuya cronología oscila entre 1630 y 1635 y que tenía como destino la Cartuja de las Cuevas de Sevilla. Zurbarán había aceptado la invitación del cabildo hispalense, tras continuados y fatigosos viajes entre Llerena y Sevilla, y se instaló a orillas del Guadalquivir, despertando el recelo de otros artistas sevillanos — Alonso Cano — que veían con temor el establecimiento definitivo de tan afamado competidor. Es en esta época donde se inicia una nueva etapa en la actividad artística de Zurbarán que supondrá el indiscutible apogeo de su pintura durante la década de los años treinta del siglo XVII. El más famoso de esta serie de cuadros realizados para la trianera Cartuja de las Cuevas es sin duda San Hugo en el refectorio de los cartujos. El lienzo narra el milagroso acontecimiento que había tenido lugar en la cartuja al haberse negado los monjes a consumir la ración de carne que se les había servido para no quebrantar el ayuno que el reglamento imponía para el Domingo de Quincuagésima. A consecuencia de dicha negativa, los monjes quedaron sumidos en un profundo sueño hasta el Miércoles de Ceniza, del que despertaron al presentarse San Hugo en el refectorio, una vez informado del portento, a la vez que la carne se transforma en ceniza. Lo primero que nos llama la atención en este grandioso lienzo es la magistral armonía de grises y blancos, perfecta, y sólo quebrada por la colorista escena del cuadro que cuelga en la pared así como por la mancha amarilla del traje del cocinero, cuya figura está algo forzada por su postura de manos y piernas. De otra parte, los rostros de los monjes cartujos reflejan un silencioso estado de arrebato místico en el que se encuentran sumidos, asomando sus cabezas sobre los blancos hábitos, en una de las mayores genialidades creativas del pintor extremeño. Pero además, Zurbarán exhibe un portentoso realismo en los platos con la carne, los panes y las jarras de cerámica, plasmados con esa sobria simplicidad que acostumbraba el pintor, quien parece olvidarse en este cuadro del tenebrismo y barroquismo que se vivía en esa época artística.
 San Hugo en el refectorio de los cartujos es uno de los cuadros más geniales de toda la historia de la pintura española. Que toda la ingente masa de color blanco, prodigiosamente matizada y distribuida, no desestabilice en ningún momento la pintura es un claro reflejo de las capacidades técnicas de Zurbarán, junto con Velázquez y Murillo, uno de los máximos creadores pictóricos españoles de la primera mitad del siglo XVII.

DIEGO DE VELÁZQUEZ


EL TRIUNFO DE BACO


Óleo sobre lienzo 1,65 x 1,88 cm.
Madrid. El Prado.
Siendo ya pintor de la Corte, y antes de su primer viaje a Italia, realiza este cuadro, posiblemente para Felipe IV, entre 1628-1629.Abandona los tonos terrosos de su época sevillana para pintar su primer cuadro de temas mitológicos, un triunfo de Baco en el que se celebra al dios griego capaza de liberar al hombre, aunque fuera temporalmente, de sus problemas. Pero lo hace desde una perspectiva poco habitual
El asunto ha sido tratado como una escena realista y popular, del mismo modo que si estuviésemos ante una merienda de amigos en el campo; por esto el título original ha sido sustituido popularmente por "Los Borrachos". Se ha supuesto que el tema mitológico y el aire divertido de la obra fueron sugeridos por Rubens, en aquellos momentos en Madrid. Convierte un cuadro mitológico en una pintura de género., contraviniendo las normas del clasicismo. Lo mismo hará con la Fragua de Vulcano
La escena puede dividirse en dos mitades: la izquierda, con la figura de Baco muy iluminada, mirando hacia la luz,  cercana al estilo italiano inspirado por los bacos que pinta Caravaggio joven, y la derecha, con los borrachos,  hombres de la calle, cada uno con un carácter, que nos invitan (sobre todo los que miran al espectador) a participar en su fiesta.
PARA COMPLETAR: Realizada en 1628, es una de las composiciones donde por primera vez crea una pintura madura, de gran complejidad, fundiendo el tema mitológico con la pintura de género. La pincelada se va haciendo más suelta y surge un atisbo de perspectiva aérea en el casi imperceptible horizonte; por el contrario, todavía persisten vestigios del bodegón en el primer plano.
En el asunto, aparece el dios Baco, con un acompañante, coronando a un bebedor, como reconocimiento a sus méritos, siendo por ello considerado dentro de la pintura satírica. Pero Velázquez supera este primer enfoque al convertir el cuadro en un cúmulo de cualidades contrapuestas: los personajes divinos y los humanos, las anatomías desnudas y las vestidas, la juventud y la vejez, la belleza idealizada y el retrato de tipos populares; según todo esto construye una obra basada en los contrastes, siguiendo  la propia tónica barroca.





La rendición de Breda. (Las Lanzas), 1634/35.
VELAZQUEZ
Óleo sobre lienzo, 3,07 x 3,7 m
El Prado.
 Después de su primer viaje a Italia, ya en Madrid realizará su excepcional Crucificado, inspirado en el esculpido por Montañés, amigo a quien también retrata  por esta misma época
Es ahora cuando, aparte de realizar varios retratos de la familia real, inicia la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, para el que idea Las Lanzas, el retrato de Felipe IV y el del Príncipe Baltasar Carlos. El palacio del Buen Retiro, para recreo del rey Felipe IV, se edifica rápidamente, en tres años. El Salón de Reinos era donde el rey presidía las fiestas y ceremonias, conocido así porque en el techo se encontraban representados los escudos de los veinticuatro reinos de la monarquía hispánica. Todavía no han llegado los tan cercanos reveses militares que acabarán con la integridad territorial de la monarquía. Con esta decoración, encargada a Velazquez y otros pintores, se trataba de autocelebrar a la todavía poderosa monarquía
En la Rendición de Breda divide el espacio en dos planos, el más cercano donde se desarrolla el argumento, también marcado por el escorzo del caballo, y el segundo plano con paisaje de la ciudad  de Breda. Los dos capitanes,-Justino, el gobernador holandés vencido, entregando las llaves de la fortaleza al español Spínola- son los protagonistas, porque detrás de ellos se abre la vista al segundo plano; mientras que esta vista a derecha e izquierda queda tapada por las tropas de uno y otro, que aparecen como si fueran extras de una escena. Y sin embargo Velázquez no los representa como soldadesca anónima. En el grupo de los vencedores españoles, con las famosas lanzas alzadas, se pueden reconocer tantos gestos de extenuación como en la tropa resignada de los holandeses vencidos.
Breda era la ciudad mejor fortificada de los Países Bajos. Justino de Nassau la había dotado con los mejores sistemas defensivos y la plaza se consideraba inexpugnable. Tras diez meses de asedio en un duro invierno, cayó en manos de los españoles. El éxito militar español, aunque por poco tiempo, impresionó a los contemporáneos. También impresionó la magnanimidad que  Ambrosio de Spínola demostró con los vencidos. Y así mismo, la clemencia es el punto central de este cuadro. Spínola desciende del caballo para recibir la llave (resaltada con la luz del fondo y el juego de brazos) y poniendo la mano en el hombro de Justino le ahorra la humillación de ponerse de rodillas.
PARA COMPLETAR:
Su obra maestra para el palacio del buen retiro fue este cuadro inspirado en la rendición de Breda (1625). Se trata de una pintura de Historia con la que supera al resto de los pintores decoradores del salón, incluido Zurbarán. En el lienzo es importante subrayar tres aspectos: la técnica, la concepción espacial y el asunto. En cuanto a la técnica, sabe extraer todas las posibilidades al óleo, trabajándolo con una pincelada cada vez más suelta que le permite una perfecta captación de las calidades de los objetos y de la nebulosa apariencia de paisaje. En el espacio, es una de las mejores obras de toda la Historia de la Pintura, representando una gradación progresiva del terreno, desde el primer término, donde se disponen los personajes, hasta la brumosa lejanía donde la vista se pierde, pasando por diferentes planos intermedios. Aquí se llega a la máxima expresión de lo que se entiende por perspectiva aérea al “pintar la atmósfera” que se interpone entre la escena principal y el fondo, fundiendo con extraordinaria maestría los humos provenientes de las destrucciones con el azulado cielo.
Aunque la pintura trata aparentemente el fin de las hostilidades de Breda, Velázquez sobrepasa la mera anécdota histórica para hacer una exaltación moral del tratamiento del vencido, para la que se inspira en una comedia de Calderón, utilizando la alegoría de la Concordia, que se materializa en el abrazo entre Ambrosio de Espínola y Justino. Persigue el autor, en suma, honrar al vencido, pues la elevación de su dignidad dará más fama al vencedor. Y así es que no existe diferencia entre los personajes entre uno y otro bando, y el grupo vencedor tan sólo difiere por su colocación a la derecha y por la mayor altura de sus lanzas.
Conde duque de Olivares.1634
VELAZQUEZ
Óleo sobre lienzo.
3,13 x 2,39 m
Madrid. El Prado
Como viene siendo habitual, Velázquez ni firma ni fecha sus obras, aunque en la zona inferior izquierda veamos un papel en blanco utilizado habitualmente para firmar. Podría ser que el maestro lo dejara así porque era consciente de que no había otro artista en España que pudiera realizar este excelente retrato del todopoderoso Conde-Duque de Olivares.
El conde –duque de Olivares, protector de Velásquez, es primer ministro de Felipe IV, con inmensos poderes. Caería en desgracia en 1643 tras fracasar en su proyecto de política centralizadora. No arrastró a su protegido que ya había conseguido la admiración y confianza del soberano.
El retrato ecuestre es realizado en la cima de su poder y se encuentra entre los más expresivos de Velázquez. Este poder se expresa  representando al conde a caballo, y en corbeta,  normalmente reservado a los jefes de estado. Olivares, célebre por  su habilidad como jinete, aparece con sombreo de plumas, bastón de mando,  la coraza ornamentada en oro y banda carmesí.
La figura del poderoso caballo en  postura  escorzada, muy empleada en el Barroco , está colocada de manera oblicua al lienzo, ocupando casi toda la extensión del mismo: Con la cabeza vuelta de lado, el conde dirige la mirada al espectador de arriba abajo. La cabeza del caballo, siguiendo la diagonal se dirige a la amplia llanura. En ella se representa una batalla, se ve tumulto, jinetes y humo. No se sabe si representa una batalla en concreto o más bien pretende ser una exaltación de las dotes militares del retratado
El estilo de Velázquez es bastante suelto, a base de rápidas manchas de color y de luz, sobre todo en la banda y en el paisaje.


El niño de Vallecas.1642
VELAZQUEZ
Óleo sobre lienzo. 107 x 8 cm.
El Prado
Antes de su segundo viaje a Italia (1649-1651) pinta también toda una serie de “hombres de placer”: enanos y bufones, gentes sencillas, que viven en la corte, cuyos defectos y deformidades hacen resaltar la belleza y la riqueza de los más afortunados. Velázquez, hombre también de la corte, no insiste en sus deformidades sino que busca aprehender su espíritu.
 Francisco Lezcano fue bufón del Príncipe Baltasar Carlos y del funcionario de palacio Encinillas.
El enano, vestido todo de verde terroso, está en un abrigo rocoso, al fondo se ve sierra.
A destacar el escorzo del pie, con deformidad (lleva doble suela.)
Cabeza, mansamente inexpresiva, inclinada hacia el sol.
Entre las manos gordezuelas parece una baraja (hay distintas opiniones)
En 1964, el doctor Moragas diagnosticó que el personaje sufría de  “cretinismo con oligofrenia y las habituales características de ánimo chistoso y fidelidad perruna”. “En la cara hay una expresión de satisfacción, favorecida por el entornamiento de los párpados y la boca entreabierta, que parece  acompañarse de inicio de una sonrisa”.
Composición sencilla y equilibrada.
Recuerda los colores terrosos de la primera etapa, pero la pincelada es rápida y se deja ver, sobre todo en el paisaje.

Villa Médicis. Hacia 1650
VELAZQUEZ
Óleos sobre lienzo, 48 x 42 cm.
El Prado
 Parece ser que aquí estuvo hospedado en su primer viaje a Roma que lo hace, previo permiso del rey,  para completar su formación, cuando tenía unos 30 años. Pero es en su segundo viaje a Roma , con más de 50 años, enviado ahora por el rey para  comprar obras para la colección de la corona,  cuando nostálgico de sus años mozos, lo pintará. Otras teorías dicen que lo pintó en su primer viaje.
El tema de este pequeño lienzo es la arquitectura renacentista clásica, (estructura creada por Brunelleschi en la capilla de los Pazzi en Florencia) cuyos arcos están tapados con unas tablas y   los altos cipreses.  Abajo tres figuras parecen estar relajadas y pendientes de otra que sobre un paño blanco se apoya en la balaustrada.
Parece un atardecer, ved la sombra de la estatua en la hornacina de la derecha.
            Gran sentido de la composición, centrada por el arco. La pincelada rápida. Estas características: La pintura al aire libre, intentando captar la luz del momento y su incidencia en las formas, así como el tipo de pincelada, es considerada como un adelanto de la pintura de los impresionistas del XIX.
Aparte de esta vista del jardín, hay otra  de esta misma villa.  (El pabellón de Ariadna) igualmente un pequeño lienzo,  pintado con la misma técnica, pero con una luz de mañana que invade y hace vibrar toda la escena.
Durante la segunda estancia en Italia, dos años y medio, uno entero vivió en Roma (realiza entonces el retrato del papa Inocencio X , este cuando lo vio dijo “tropo vero”, le quiso regalar una medalla de oro como pago, Velazquez  no la aceptó so pretexto de que el cuadro lo había pintado como un servicio a su rey. También muestra de orgullo de artista  Parece ser que en este tiempo Velázquez tuvo un romance con la pintora Flaminia Triva, quizá la modelo de la Venus del espejo.


FUENTE: ARTEAURZE


LAS MENINAS
http://artetorreherberos.blogspot.com.es/2010/04/comentario-de-las-meninas-de-velazquez.html

 https://www.museodelprado.es/enciclopedia/enciclopedia-on-line/voz/meninas-o-la-familia-de-felipe-iv-las-velazquez/

UNA INTERPRETACIÓN FILOSÓFICA DE LAS MENINAS. FOUCAULT:http://perspectivasesteticas.blogspot.com.es/2012/05/foucault-y-la-descripcion-pictorica.html

VIDEO SOBRE LAS MENINAS:



 EL SIGLO DE ORO

   

ARQUITECTURA

Nombre: Plaza Mayor
Ubicación: Salamanca. Comunidad Autonóma de Castilla-León
Cruzada por el rio Tormes
Declarada en 1973 Bien de Interés Cultural en la categoria de monumento
Gentilicio: salmantinos. Popularmente conocidos como charros.
La ciudad de Salamanca fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988

Historia

Salamanca es una ciudad por la que han pasado tribus prerrománas como los vacceos y los vetones. Por aquí pasaría el cartaginés Anibal en el siglo III a.c. y los romános pacificarian la zona y la llamarian Helmántica. Por Salamanca pasa el Camino o Via de la Plata que recorre España de Norte a Sur, es por tanto eje viario de capital importancia en el desarrollo peninsular.

En el 1102 Raimundo de Borgoña repobla la ciudad de Salamanca tomada a los moros en nombre del rey Alfonso VI.

En 1220 el rey Alfonso IX de León (1188-1229) funda el Estudio General, o lo que es lo mismo la Universidad que tanta importancia tendrá y tiene el en desarrollo de la ciudad tanto cultural como económico.

La actual plaza se alza sobre los terrenos de la antigua plaza mayor conocida como de San Martin que desde 1697 era el centro comercial y neurálgico de la ciudad.


Descripción

El impulso necesario para construir una nueva Plaza en Salamanca, la dió el rey Felipe V (1700-1724) en 1710 en su visita a la ciudad a instancias del Cabildo de la Catedral y el Ayunamiento. Este en recompensa por el apoyo prestado por la ciudad en la Guerra de Sucesión a la Corona Española mostró todo su apoyo al proyecto presentado de construcción de nueva plaza.

Construida sobre planos de Alberto Churriguera Vezo (Madrid 1676 - Orgaz 1750), él fue su primer arquitecto, a quien sucedió a la muerte de este el compostelano Andrés Garcia Quiñones (1709-1784). Otros arquitectos que intervinieron en la obra serian: José Ignacio de Larra Churriguera, y Nicolás de Churriguera. La idea central de la plaza nace del uso de los bajos porticados como centros mercantiles, mientras que las viviendas altas son habitadas por gentes de la nobleza, eclesiasticos, y gentes de posibles. Así las viviendas son adquiridas por el Cabildo, la Universidad y los Colegios Mayores.

Aunque su forma pueda llevar a engaño, la Plaza Mayor de Salamanca tiene forma cuadrangular trapezoidal, es decir no es un cuadrado perfecto. Tiene 82,60 metros en su lado norte, 81,60 metros el lado oeste, 75,60 metros en el lado sur y 79,80 metros en el lado este. Construida en el siglo XVIII dentro de la estética barroca, nace fundamentalmente de la necesidad de disponer de un espacio comercial, lúdico y administrativo, a imitación de la Plaza Mayor de Madrid. Las obras comenzaron el 10 de mayo de 1729 y se terminaron en 1755. Los trabajos empezaron con rapidez pero en 1735 se paralizan por impedimentos de algunos nobles salmantinos que no querian que sus casas fueran expropiadas para construir la plaza. En 1738 Alberto Churriguera dimite de su cargo, y no sería hasta 1750 cuando Andrés Garcia Quiñones se hace cargo de la obra y las finaliza en 1755, entre ellas el Ayuntamiento, que es el último edificio en ser construido.

La construcción comenzó por el ala este, continuó por el lado sur, lado oeste y por último el lado norte. La fachada oeste recibe el nombre de Pretrineros, la fachada sur de San Martin, mientras que la fachada este es llamada del Pabellón Real y la norte del Ayuntamiento. Por tanto la plaza Mayor fue construida en dos fases, una primera entre 1729 y 1735 por Alberto Churriguera y una segunda fase entre 1750 y 1755 por Andrés Garcia Quiñones.

Los cuatro lados estan porticados y abiertos al exterior mediante arcos de medio punto. En total 88 arcos de diversos tamaños y alturas, aunque todo el conjunto asombra por su uniformidad. Sobre ellos se levantan tres pisos construidos todos ellos en silleria de las canteras de Villamayor. La altura de la plaza es de 18 metros. La plaza adopta una aparente uniformidad, sólo rota por la presencia en dos de sus lados del edificio del Ayuntamiento y la fachada del conocido como Pabellón Real. El conjunto se cierra en su parte superior por una balaustrada de piedra que a intervalos se decora con pinaculos de forma piramidal rematos con una flor de lis (simbolo heráldico de Felipe V de Borbón). En total 96 pinaculos que rodean todo el perimetro de la plaza.

Los muros de las fachadas se abren al centro mediante 247 balcones o palcos-miradores. La entrada a la plaza se realiza a través de nueve puertas y dos pasajes. En las enjutas de los arcos de la planta baja encontramos medallones esculpidos en su gran mayoría con diversos personajes de la realeza, iglesia o cultura, en total 89 medallones. El nombre de las entradas son: Arco de San Martin, del Corrillo, Arco del Toro.



Las fachadas sur y oeste son idénticas al ala este donde se encuentra el Pabellón Real, con la excepción de los dos grandes arcos que forman la entrada de San Martin y del Toril, cuya altura se elevan hasta el segundo piso. Estos dos lados se componen de veinte arcos de medio punto, incluidos estos dos citados. En la fachada oeste se pueden observar algunos balcones con blasones nobiliarios, ello es debido a que en este lugar se encontraban las casas pertenecientes a la Universidad, Colegios Mayores, Catedral y nobles de la ciudad.

Una de las funciones para la que fue construida la Plaza Mayor era para acoger los espectaculos taurinos, así a titulo de curiosidad diremos que el primer espectaculo se dió en 1733 cuando la plaza todavía no estaba concluida y el último tuvo lugar el 15 de julio de 1972. También se realizaban toda clase de acontecimientos religiosos, festivos y dramáticos.

Los medallones de la fachada del Pabellón Real representan a reyes que abarcan el periodo de Alfonso IX hasta Fernando VI. Carlos III se encuentra en la fachada municipal, también podemos encontrar medallones con las efigies de Felipe II, los Reyes Católicos, Cristobal Colón, El Cid, Ponce de León, Fernán González, Guzman el Bueno, el Gran Capitan, Pizarro, Santa Teresa de Jesús, Cervantes, el padre Vitoria, e incluso Alberto Churriguera. La gran mayoría de los medallones están realizados por Alejandro Carnicero, y aún quedan algunos sin labrar.

Ayuntamiento Situado en el centro del ala norte. Esta fachada cuenta con veintidos arcos. En el centro se encuentra el edificio del Ayuntamiento, este consta de dos pisos y sobresale en altura sobre el resto de la fachada de la plaza. El edificio municipal es obra de Andrés García Quiñones y fue el último edificio en construirse. El edificio adscrito al barroco, tiene en su parte baja cinco arcos más altos que el resto de la plaza. Los dos arcos de ambos extremos y sus balcones superiores quedan separados por dos columnas de fuste cilindrico y capitel corintio. El resto de la decoración se compone de cinco balcones en el piso superior y tres balcones en el piso inferior ya que el balcón central que une los tres ventanales centrales se trata de un balcón corrido; el resto de la decoración se compone de relieves, medallones, escudos y otros ornamentos de la estética barroca. En este tipo de decoración participó el escultor Antonio Montero.

A ambos lados del balcon central del piso superior figuran esculpidos dos ángeles, obra del artista Gregorio Carnicero.

Flanqueando el balcón central del primer piso vemos dos hornacinas vacias, en ellas figuraban los bustos del rey Carlos IV y su esposa Maria Luisa, obra del escultor José Alvarez. Los bustos desaparecieron durante la Revolución de 1868. Posteriormente se colocaron los bustos de Alfonso XII y su hija que nuevamente desaparecieron en 1931 durante la República.

La espadaña que corona el edificio consistorial en ya obra tardía, realizada en 1852 por Tomás Cafranga. Esta se compone de tres vanos con sus correspondientes campanas y unos pequeños antepechos de hierro. Bajo el vano central el reloj municipal. Coronan la espadaña a ambos lados, dos figuras por lado que representan a las cuatro virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza). Los vanos se separan por columnas dóricas semiadosadas y en el centro del conjunto en el lugar más alta una corona real en piedra.

Sobre la cornisa se levanta una balaustrada de piedra que tiene cuatro esculturas de bulto redondo obra de Isidoro Celaya y que representan a la Astronomía, el Comercio, la Agricultura y la Industria.

Quedó pendiente de construir una torre a cada lado del Ayuntamiento según el proyecto inicial y cuya maqueta es conocida. No se llegó a construir porque se estimó que la estructura construida no aguantaria el peso de las torres.

Pabellón Real Situada en el lado este, la construcción de la plaza comenzó por este lugar. Se denomina así por el rey Felipe V impulsor de las obras y porque desde su balcón central presenciaban los espectáculos taurinos.

El Pabellón Real lo forma un gran arco de medio punto que se eleva hasta el primer piso, el segundo piso lo forma un balcón corrido en cuyo muro figura una lápida commemorativa y el tercer piso lo ocupa el conjunto escultórico del rey San Fernando. Remata todo el conjunto una espadaña.

El gran arco es conocido como Arco del Toro o Arco de San Fernando. A ambos lados un total de 22 arcos de medio punto que apoyan en pilares de planta cuadrangular. En las enjutas del Arco del Toro dos medallones con las efigies de Fernando V y su esposa Isabel de Farnesio.

La lápida commemorativa orlada con decoración barroca dice: Reinando Felipe V el animoso, la muy Noble Ciudad de Salamanca empezó esta obra a 10 de marzo de 1720. Siendo corregidor don Rodrigo Caballero y Llanos, Intendente General de Castilla, por sus diputados los señores don Juan de Barrientos de Solis, don Francisco Honorato y San Miguel, don Juan de Castilla, conde de Francos, don Juan Gutierrez y don Francisco de Soria; y se concluyeron las doce casas de esta linea llamada el Pabellón Real, el día 3 de marzo de 1733. Soli Deo honor et gloria. (Nota: Sólo a Dios, Honor y Gloria). Sobre la inscripción una cabeza de león que sostiene entre sus fauces una argolla que sujeta a su vez la lápida commemorativa.

El tercer piso lo ocupa un conjunto escultórico formado por unos cortinajes abiertos en cuyo centro se encuentra un ovalo con el busto de San Fernando con la esfera del orbe, la espada y con la corona real. A ambos lados de este conjuntos dos escudos con las armas de la ciudad.

Rematando todo el conjunto una espadaña en cuyo centro se encuentra el escudo real flanqueda por dos pilastras con decoración vegetal. Completa la decoración de esta espadaña diversos elementos decórativos barrocos: guirnaldas, medallones, repisas etc.
 
FUENTE:http://www.jdiezarnal.com/plazamayordesalamanca.html

ESCULTURA


EL CRISTO DE LA CLEMENCIA DE MONTAÑES


1) DETERMINAR:


a) TIPO DE OBRA: Escultura.

b) TÍTULO: Cristo de la Clemencia.

c) AUTOR: Juan Martínez Montañés (1568-1649).

d) FECHA: 1603-1606.

e) LOCALIZACIÓN: Catedral de Sevilla, España.

f) ESTILO: Imaginería barroca. Escuela andaluza.

2) ANALIZAR:

A) Análisis técnico:
* FORMA: Obra escultórica que representa a Jesús crucificado. La imagen, que mide 1,90 ms. de altura (sin la cruz), fue policromada por el pintor Francisco Pacheco.

MÉTODO: imagen realizada en madera de cedro, mediante talla y con policromía posterior.
DESCRIPCIÓN GENERAL: La imagen del Cristo de la Clemencia nos muestra, en una clara composición trapezoidal, a Jesús clavado en la cruz mediante cuatro clavos (dos en las manos y dos en los pies), aún vivo y con la cabeza inclinada hacia su hombro derecho. En ella presenta una amplia corona de espinas de traza natural, a modo de casquete. Pese a tratarse de un crucificado, los rasgos dramáticos no están exagerados. Sólo apreciamos rastros de sangre en las heridas de las manos y de los pies, así como en la que se derrama por el rostro y el pecho desde la corona. La carne está policromada en color mate y no se ha producido aún la herida en el costado. De todo ello puede deducirse que el momento de la muerte no resulta inmediato.


El cuerpo de la imagen está trazado de manera naturalista y realista, siguiendo un claro canon alargado, herencia de los planetamientos manieristas. El detalle anatómico es perfecto, sin que se aprecien signos evidentes de excesiva tensión muscular, más allá de los que requiere la propia composición. Como única vestimenta el crucificado muestra un paño de pureza que describe un amplio óvalo, se recoge con un gran nudo hacia su lado derecho y se desarrolla mediante numerosos pliegues de tamaño reducido. La pierna derecha se cruza sobre la izquierda, para acabar presentando los pies casi en paralelo, dejando bien visibles ambos clavos.


Por otra parte, Jesús muestra los ojos abiertos y su mirada, que podría calificarse como de serena, dulce y triste al mismo tiempo, se dirige hacia la parte inferior. La boca también se halla entreabierta.


De todo ello podemos deducir que la imagen combina a la perfección dos elementos característicos de la escultura barroca española, cuales son el naturalismo realista y el clasicismo. Muy probablemente para su talla Marínez Montañés debió inspirarse en un crucificado elaborado por Miguel Ángel, que conocería por una copia existente en Sevilla o bien por estampas.


B) Análisis simbólico:


La simbología de un crucificado, dentro de la religión cristiana, es tan evidente que no requiere ser comentada en detalle: la muerte de Jesús en la cruz (que debe entenderse continuada en su posterior resurrección) es la base en la que se fundamenta el cristianismo. Muriendo en el madero, el mismo Dios da cumplida cuenta de su amor a los hombres.


En relación con ello, hay un rasgo en la imagen muy interesante. Se trata de la disposición de la cabeza y, por consiguiente, de la dirección de la mirada de Jesús, hacia abajo. La posición de la cabeza, exigida por el propio contrato en el que se basó la elaboración de la escultura, implica que Cristo mira directamente a quien se sitúa delante de él en un plano inferior y la mirada deviene en símbolo tanto de los propios sufrimientos divinos por la especie humana como en emblema de perdón. Y por extensión el perdón se entiende concedido no sólo a quien contempla directamente a la imagen sino a la humanidad en su conjunto. La mirada del Cristo de la Clemencia es pues símbolo del amor de Dios a los hombres y, según los planteamientos cristianos, de su infinita misericordia.


En otro orden de cosas, esta escultura de cuenta también de un antiguo debate entre los expertos y doctores de la Iglesia acerca de cómo fue crucificado Cristo, con tres clavos o con cuatro. En este caso Montañés, siguiendo los planteamientos del pintor Pacheco, se pronuncia por la segunda opción y muestra en su crucificado un clavo en cada pie, conforme habían defendido algunos doctores de la Iglesia como San Ireneo o San Justino y se recogía en los escritos de la monja visionaria sueca Santa Brígida, cuyo libro de las revelaciones fue editado a fines del siglo XV y alcanzó amplia difusión.


C) Análisis sociológico:






Martínez Montañés talla esta imagen en la Sevilla de los primeros años de siglo XVII, heredera de la de los esplendores del siglo XVI, cuando la ciudad crece espectacularmente a raíz del establecimiento en ella del monopolio del comercio americano, concretado en la Casa de la Contratación. Están cercanos, no obstante, los años de mediados de la centuria, en los que las crisis financieras y las sucesivas epidemias podrán fin a la época de apogeo de la ciudad. En Sevilla se halla ampliamente difundido el espíritu de la Contrarreforma católica, afianzado en la amplia difusión de las órdenes religiosas, de forma que la mentalidad barroca se pone al servicio de esta idea de defensa a ultranza de los principios de la religión. A este efecto, la imaginería es un recurso de primera importancia.

3) OTRAS CUESTIONES:

Se conocen las circunstancias concretas que inspiraron esta obra, dado que se ha conservado el contrato que reguló su ejecución, firmado entre el escultor y el canónigo Mateo Vázquez de Leca, quien deseaba tener en su capilla particular una imagen de un crucificado que debía "de estar vivo... con la cabeza inclinada sobre el pecho, mirando a cualquier persona que estuviese orando al pie del, como que está el mismo Cristo hablándole...". De este modo, la iconografía específica de la imagen quedaba convertida en obligación contractual para el artista.

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Este Cristo en la cruz de Martínez Montañés muestra claras influencias de los que talló su maestro, el granadino Pablo de Rojas, a quien puede considerarse como creador del modelo de crucificado que se difundiría en la época barroca, concebido para ser admirado de cerca y como imagen procesional, aunque no es el caso del que nos ocupa (destinado a una capilla en la Cartuja de Sevilla) y que, a su vez, resultaría ser prototipo de los que elaboraron otros miembros del grupo de imagineros andaluces y, entre ellos, Juan de Mesa. Finalmente, cabe señalar que no fue éste el único crucificado tallado por Montañés: en la ciudad de Lima (Perú) se conserva el Cristo del Auxilio, que el artista concluyó en 1603, año en que contrataba el de la Clemencia. 

LA PIEDAD DE GREGORIO FERNÁNDEZ

 

El tema representa uno de los momentos finales de la Pasión, la Piedad. 
En ella la Virgen recoge en su regazo al Cristo muerto después de ser desclavado de la cruz. En este momento, según los apócrifos, Ella recordaría los momentos en los que, de niño, le mantenía de esta manera, cerrando el ciclo de la vida de Jesús y se completa el destino de la Virgen iniciado en la Anunciación. El tema, de gran fuerza expresiva, tiene un origen nórdico durante el final de la Edad media que revitalizó Miguel Ángel, siendo fundamental en la iconografía pasionaria de los desfiles procesionales de Semana Santa. 
(En la obra original del museo de Valladolid, se encuentra flanqueado por el buen y el mal ladrón, Dimas y Gestas, que aportarían verticalidad al paso mientras la mirada de la Virgen ya no quedaría en el vacío, sino hablando al buen ladrón, aún vivo)

El material utilizado es la madera tallada y posteriormente policromada, con la inclusión de postizos (ojos de cristal, dientes de asta…) que aumenten el realismo.
La composición (siempre compleja en este tema) se articula en forma de pirámide descentrada que lleva el centro de interés a la mano y cara de la Virgen y cabeza de Cristo. Su aparente distorsión es parcialmente contrarrestada por medio de la oposición de dos diagonales de igual longitud, con una tendencia más horizontal la de Cristo y claramente vertical (y sostenedora del equilibrio) de la Virgen, a la que se une un intermedia desde su mano hasta el brazo de Cristo que subraya la parte superior de la escultura. Con todo ello se crea un equilibrio dinámico, típico del primer barroco hispano, de bloque bastante cerrado y previsto para ser visto desde varios puntos de vista.

El modelado es profundo, especialmente en los paños de pliegues casi cortantes, que envuelven el cuerpo de Cristo o potencian (al modo miguelangelesco) la rodilla de la Virgen o el gesto de la mano alzada.
La policromía se realiza en tono vivos y saturados en las vestiduras mientras las carnaciones son mate, lo cual redunda, una vez más, en su verosimilitud.

Las figuras tienen un doble canon, en parte derivado del tema y composición. Mientras el de Cristo es musculoso pero alargado, típico del autor, el de la Virgen, envuelto en grandes paños, recuerda más a los modelos de Juni, siendo mucho más corto y ancho para estabilizar así los pesos. En la figura de la Virgen encontramos (tanto en mano como en rostro) la típica gestualidad teatral del barroco, aunque sin exageraciones, intentándose así mantenerse en un cierto clasicismo. En cuanto al dominio de la anatomía es evidente en el cuerpo de Cristo muerto, mientras los paños responden a modelos flamencos de pliegues duros (plegados flamencos)
Comentario
Tanto la técnica del desnudo, como el canon alargado o los paños flamencos responden claramente al estilo de Gregorio Fernández, principal imaginero de la escuela Castellana que se desarrolló durante todo el Renacimiento y Barroco, con sede fundamental en Valladolid.
Partiendo de los antecedentes técnicos, estilísticos y temáticos del siglo XVI (Juan de Juni, Berruguete, Rincón), que se habían alejado de la escultura en materiales clásicos italiana y apostado por la madera policromada y estofada (aunque este último aspecto fue desapareciendo gradualmente), Gregorio Fernández se convierte en la figura de referencia para todo el norte de España, creando un modo propio y distinto del idealismo andaluz (Martínez Montañés, Alonso Cano, Pedro de Mena), y al que sólo se podría comparar (en cuanto a tensión dramática y expresividad de las formas anatómicas) con Juan de Mesa (Gran Poder, Cristo de la Buena Muerte).
Su formación en talleres manieristas será patente durante toda su vida en la preferencia por cánones más alargados y gusto por las formas serpentinatas (Cristo atado a una Columna, Ecce Homo). También será patente la influencia que ejerció en él la pintura flamenca del XV y su forma de expresividad de Van der Weyden a través de gestos y paños quebrados.
Gran parte de su producción giró en torno a la Semana Santa que adquirió gran importancia tras el Concilio de Trento como una forma teatral y sensitiva de expandir el mensaje religioso, convirtiendo a la ciudad en el escenario de una historia sucesiva de la muerte de Cristo que se arropaba con todo tipo de efectos sensoriales (penitentes y nazarenos, flores, iluminación tenebrista a través de grandes filas de velas y faroles y candelabros en los pasos. En este sentido destacan las obras realizadas para la cofradía de las Angustias (Descendimiento, Ecce Homo…). También su labor creó nuevos tipos iconográficos de santos contemporáneos que tuvieron gran relevancia en el espíritu contrarreformista como Santa Teresa (escribiendo, iluminada), San Ignacio (fundador de los jesuitas)…, así como retablos.
ARTE BARROCO

SAN PEDRO DEL VATICANO: http://www.edu.xunta.es/centros/iessanpaio/system/files/TEMAXVSANPEDRODELVATICANO.pdf

BALDAQUINO DE SAN PEDRO. BERNINI


FICHA TÉCNICA: la Obra que a continuación vamos a comentar recibe el nombre de Baldaquino y se encuentra en la basílica de San Pedro del Vaticano. Fue realizado por Gian Lorenzo Bernini entre 1624 y 1633.

ANÁLISIS DE LA OBRA: A medio camino entre la arquitectura y la escultura, el baldaquino diseñado por Bernini para situarlo justo en el crucero de la basílica de San Pedro del Vaticano, bajo la cúpula diseñada por Miguel Ángel y sobre la tumba del apóstol San Pedro, se trata de un enorme dosel que resalta el altar a la manera de los ciborios de las iglesias paleocristianas, Realizado en bronce negro, dorado y mármol, se levanta sobre cuatro enormes columnas salomónicas, esto es, de fustes helicoidales decorados con anillas y hojas que parecen trepar por los mismos, y se rematan en capiteles de orden compuestos. Sobre éstos descansan unos entablamentos partidos que sostienen un techo del que penden, también en bronce, pendones con el emblema de la familia Borghese, a la que pertenece el papa Urbano VIII, mecenas de la Obra. De las cuatro esquinas partes cuatro volutas ascendentes que se unen para rematar el conjunto una bola del mundo dorada sobre la que se asienta una cruz. A los elementos puramente arquitectónicos se suman esculturas de ángeles en las cuatro esquinas así como ángeles niños sobre los doseles que portan los atributos del poder papal, la tiara y las llaves.

Los materiales empleados son mármol para las bases sobre las que se levanta el conjunto y bronce negro y dorado. Cabe destacar la búsqueda por parte del autor de los contrastes tan del gusto barroco; contrastes visibles tanto entre las líneas movidas y ascendentes de la columna salomónica frente a las pilastras clásicas de la basílica,de líneas rectas, como entre el color negro y dorado del bronce en contraposición al mármol blanco del edificio.

COMENTARIO: Como ya hemos mencionado nos encontramos ante un monumento donde se mezclan los elementos arquitectónicos con los escultóricos y cuya finalidad no e sólo resaltar el altar situado en el crucero así como el lugar donde se encuentra enterrado San Pedro, sino que hay que ver en este monumento una exaltación del poder papal así como un manifiesto del nuevo arte barroco. En efecto, en una Europa donde el cristianismo se había dividido y el protestantismo denunciaba la autoridad papal como un poder meramente terrenal, la Iglesia Católica ve en el nuevo estilo artístico una posibilidad de hacer propaganda de todos los dogmas rechazados por los protestantes y reivindicar el poder del Papa como un poder legítimo otorgado directamente por Cristo a través de San Pedro, considerado el primer pontífice y sobre cuya tumba se levanta el monumento. Así los ángeles que portan los atributos del poder papal, la representación del Espíritu Santo sobre el techo del monumento y la cruz que reina sobre el globo terráqueo corroboran esta idea del origen divino del poder papal. Así mismo, además del deseo de exaltación del poder pontificioy de resaltar lo sagrado del espacio donde se sitúa, hay que ver en este monumento un deseo más mundano de perpetuar la gloria personal y familiar como queda patente en la presencia del escudo de la familia Borghese en el monumento.

CONCLUSIÓN: Hay que ver en esta impresionante Obra de Bernini todo un manifiesto del nuevo estilo barroco y de su búsqueda del movimiento, el contraste, la teatralidad y la impresión en el espectador como elementos al servicio de una causa que en este caso es la exaltación del poder del Papa y de la Iglesia Católica

SAN CARLO ALLE QUATTRO FONTANE


ENCUADRE:
Obra: Iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes (San Carlo alie Quatro Fontane). Roma.
Autor: Francesco Borromini.
Género: Arquitectura religiosa.
Estilo: Arte barroco. Barroco italiano.
Cronología: Siglo XVII: 1634-1667 (la fachada de la iglesia la termina en 1667).
Otras obras: del autor: " Oratorio de San Felipe Neri", "Sant´Ivo alla Sapienza", "Iglesia de Santa Inés en Piazza Navona", todas en Roma.


ANÁLISIS:


Tras la realización  del Convento y Claustro que le encarga la Orden de los Trinitarios españoles en Quattro Fontane, bastantes años después, Borromini recibe el encargo de terminar la iglesia y la fachada. Borromini la resuelve con una planta elíptica, donde se puede comprobar cómo Borromini la estructura a partir de una clara geometrización del espacio. Dos triángulos equiláteros unidos por la base parecen ser la génesis de la obra, aunque también lo podría ser la anamorfosis del círculo. Ambas soluciones muestran una racionalización del lenguaje barroco. La planta es elíptica, con un sentido de contracción opuesto al de expansión que busca Bernini en San Andrés. Alrededor de esta elipse se disponen diagonalmente las capillas y  varios nichos. Esta planta le permitía respetar la fuente del chaflán, una de las cuatro que presenta el cruce de las dos calles y que le da el pseudonombre a la iglesia.
Efectivamente, Borromini parte  de  un  espacio  angosto,  un  cruce  de  calles. Había cuatro fuentes  en  el  solar   una  de  ellas  debía respetarla,   dejando   un   chaflán   en   una   esquina  para albergarla. La planta es nueva, elíptica, y no tiene precedentes y se crea en función delsolar: un patio rectangular con los ángulos en chaflán. A partir de este espacio, crea una plantamuy dinámica, quiere un edificio que se mueva y que rompa con la tradición clásica. Cómo es la tónica de su carrera arquitectónica, el arquitecto se debe adaptar a espacios pequeños y complicados para elaborar auténticas obras monumentales, gracias a su imaginación desbordante: estamos ante una iglesia pequeña pero monumental.
En su interior presenta un orden único de grandes columnas agrupadas de cuatro en cuatro con nichos y molduras continuas en los muros, que parecen reducir más el espacio y obligar al muro a flexionarse, y a parecer deformada la cúpula oval que corona este espacio interno.  La cúpula  se  adapta   la  planta   es  en  form de  elipse  muy  decorada  en  su  interior. Esta cúpula muestra una gran decoración que quiere simular un artesonado clásico con motivos octogonales, hexagonales y en forma de cruz, que van disminuyendo a medida que confluyen en la linterna. Introduce, pues, la planta flexible y utiliza formas cóncavas y convexas que se articulan en un muro ondulante, lo que da como resultado un espacio interior dinámico. De esta manera, este conjunto de pequeñas dimensiones, al no poder ser medido ni acotado, crea una espacialidad que la hace mayor a los ojos del espectador. 


Tal vez lo mejor y más rompedor de todo sea la fachada: se trata de la forma más fragmentaria, discontinua y antimonumental de la arquitectura barroca. De  la  fachada,  él  hizo  el  cuerpo inferior   el  superior  lo  hizo  su  sobrino,  pero siguiendo sus proyectos. Va en contra de todaslas fachadas que se conocían hasta entonces: es ondulada y alabeada, con dos curvas cóncavasy una convexa en el centro para romper así los planos, al igual que en el interior. Con esteefecto consigue que la luz provoque en la fachada matices distintos. Está compuesta por dos pisos de tres calles cada uno. El central del primer piso, con la puerta de acceso al templo, es convexo, y los dos laterales cóncavos. En cambio, en el segundo piso, las tres calles son cóncavas. La cornisa marca el movimiento principal del conjunto cóncavo-convexo-cóncavo en la planta baja, y en el nivel superior se dibuja un movimiento cóncavo-cóncavo-cóncavo sólo roto por el gran medallón que preside toda la composición y un pequeño templete elíptico con balconaje. La puerta es convexa   encim pone  una  media  cúpula.   En  los  laterales pone  nichos  cóncavos  para  acentuar  el rompimiento  de  líneas.   
Borromini cuida que su fachada se adapte a la calle, mirando de no ultrapasar los límites lineales de ésta y respetando su unidad utilizando los mismos materiales constructivos que los edificios colindantes. Lejos está, pues, de enmarcar el edificio en un marco majestuoso que resalte su nobleza y singularidad, como hacía Bernini. La misma fachada se presenta como una unidad independiente del interior del edificio con el que no guarda ninguna relación.

 COMENTARIO

San Carlos de las Cuatro Fuentes es conocida como San Carlino por sus reducidas dimensiones, y se trata de la obra más representativa de Borromini y, paradójicamente, es contemporánea de la columnata de San Pedro del Vaticano, de Bernini. San Carlos es la primera obra autónoma de Borromini y también la última en la que trabajará el arquitecto. Tenía 35 años en 1634, cuando los frailes Descalzos españoles de Roma le encargaron la construcción del convento y de la iglesia, y tuvo que superar la dificultad que comportaba lo reducido del espacio y su irregularidad. La primera fase, que incluye el convento y el claustro, concluyó el 1637. De este momento destaca, sobre todo el claustro, de reducidas dimensiones, en el que ya se manifiesta la ruptura de los esquemas tradicionales rectangulares. Desgraciadamente, el convento ha desaparecido en la actualidad. En 1641 concluía la iglesia, dedicada a San Carlos Borromeo, retomando al final de sus días la fachada, en 1667, que no puede concluir al morir, terminándola su sobrino Bernardo, siguiendo fielmente sus planos.
Lo intrincado de su geometría es mucho más osada y menos recargada en decoraciones figurativas que la iglesia de Sant'Andrea al Quirinale, obra de Bernini ubicada a pocos metros sobre la misma calle. Sus dimensiones son muy reducidas, ya que el edificio es pequeño, ya que la fachada entera podría caber en uno de los pilares de la Basílica de San Pedro, pero tiene un porte monumental y tremendamente barroco.


Francesco Castello (1599-1667) nació en la Lombardía (Bissone, Suiza), hijo de un cantero,pero se estableció pronto en Roma y adoptó  el  sobrenombre  de  Borromini. En  Rom fue elegido por Carlo Maderno (pariente lejano suyo) para ser su discípulo y con él trabajó hasta1629 cuando murió el   maestro. A pesar de esto y la admiración que siempre le tuvo a su maestro,  el estilo de Borromini no tiene nada que ver con el de Maderno, mucho más imaginativo y menos clásico. Era un hombre irascible, de carácter violento y temperamento inquieto; se decía que era huraño y solitario, pero también tenía fama de honesto y poco interesado en las riquezas materiales aunque, como todo artista, sintiera la necesidad de reconocimiento. Después empezó a trabajar con  Bernini hasta 1634, cuando se independiza yempieza a trabajar sólo, sobre todo para órdenes humildes   pobres, desprovistas de los recursos financieros que poseía el Papado: los descalzos Trinitarios, los Filipenses y los Franciscanos. En 1667  murió suicidándose con su espada, desesperado por la fiebre y el insomnio de una cruel enfermedad,  después  de  destruir  casi  todos  sus dibujos, papeles y proyectos. 
Mucho se ha hablado de su enemistad con Bernini, el otra gran genio de la arquitectura barroca italiana, pero, en verdad, esta enemistad fu más estilística que personal. Las diferencias entre ambos son muy evidentes. Cada uno representa las dos caras del arte en Italia: el arte triunfante y oficial y el arte para pequeños demandantes aunque de mayor calidad que el primero. Partiendo de la preceptiva clásica, Bernini respetó las proporciones de los órdenes y las reglas de la composición, mientras que la fantasía de Borromini rompió estas normas e inventó nuevos elementos. Bernini utilizó preferentemente el mármol como material de construcción; Borromini fue un arquitecto barato, que hémelo el ladrillo, el estuco y el revoque. Bernini plantea espacios naturales abiertos, con curvas y contracurvas diáfanas, mientras que en Borromini los espacios son artificiales y reducidos, al complicarlos mediante combinaciones de alabeos secundarios. En cuanto a la iluminación, Bernini deja sus fachadas e interiores pulidos con el propósito de que la luz y la sombra resbalen y los bañen por igual; Borromini, en cambio, afila los perfiles, añade resaltes y aplica aristas para que la luz se quiebre en un cortante efecto claroscurista. Bernini tuvo a los más ricos y poderosos clientes (reyes y tres Papas), mientras Borromini tuvo como clientes a pobres iglesias y órdenes mendicantes.
Borromini el primer arquitecto moderno, con planteamientos muy revolucionarios, ya que fue el primer arquitecto que rompió con el clasicismo renacentista, siendo muy criticado por ello en su época. Su forma de diseñar es diferente de Bernini. Él parte de la idea sencilla para ir hacia la complejidad, adaptándose al poco espacio que tiene para construir. Juega con el espacio con un criterio de dinamismo en términos propiamente escultóricos. Rompe con todas las reglas arquitectónicas e inventa nuevos elementos, obteniendo así plantas nuevas indefinibles. Asimismo, ondula entablamentos y cornisas, alabea los muros, utiliza bóvedas que parecen nervadas y arcos mixtilíneos, crea plantas estrelladas y muy movidas, en definitiva, su arquitectura se puede calificar como fantástica, genial y  muy original.





Cabe citar otras obras geniales del arquitecto. En una de sus primeras obras, la Iglesia de Santa Inés en Plaza Navona en Roma, parte del aprendizaje con Maderna en el Vaticano, para crear una obra propia al curvar el cuerpo central de la fachada (cóncava), rimando, así, en una armonía, todavía atemperada, con la gran cúpula. La obra se adapta perfectamente al marco urbano.
A continuación realiza el Oratorio de los Filipenses, concebido como sala de audiciones, hecho en ladrillo. La planta de este edificio es más sencilla porque aquí Borromini se dedicósobre todo a  la  fachada.  Su  planta  es  cuadrada   dividida  en  varios espacios: un patio cuadrangular al igual que la planta general  del  edificio y el resto  todo  iglesia  separada  en varias  partes:  un  ángulo  inferior,  un  pasillo  central   otro cuerpo   la  derecha. La  fachadano tiene correspondencia con el eje del edificio. La  fachada  es  de  palacio  urbano  pero alabeado   ligeramente curva. Incorpora  la  luz  para  modelar,  para  dilatar  el  cuerpo. Está dividida en dos cuerpos cóncavos con uno convexo en el centro.  Las formas de capiteles yventanas son nuevas, inventadas por él. Para coronar la fachada inventa un tipo de frontón nuevo mixtilíneo, alternando lo angular con lo curvilíneo.
A continuación emprende su obra más culminante, la Iglesia de San Ivo alla Sapienza. Larealiza entre 1643 y 1648. De  nuevo  partía  con muchos condicionantes, pero debía esmerarse porque  éste  era  el  único  encargo que recibía del Papa. El  templo  simboliza  el homenaje que la Iglesia   Católica rinde a la sabiduría. Todo el espacio alrededor   estaba edificado, debiendo construir  la  Iglesia  entre  dos alas. Así resulta una planta interior hexagonal (dos triángulos equiláteros que, al cruzarse, crean un hexágono), aunque por el exterior y antes  del  arranque de  la  cúpula,  aparece  la  estrella  original  de seis puntas, aunque los ángulos son redondeados y romos. La fachada da a un patio interior y es curva, como si quisiera  unir  en  prolongación las  dos fachadas  que  tiene  en  los lados. Las  ventanas  de  esta  fachada  son  distintas,  de medio punto, porque  las  ventanas  de  las  alas  laterales  son  de  medio punto.  La  combinación de  la  fachada  con  la  cúpula  le  da  al edificio  un  sentido  elástico,  porque  la  fachada  es cóncava   la cúpula  es  convexa. A  la  cúpul le  da  un  sentido  ascensional porque le poneuna linterna alta y una moldura ascensional en forma de hélice cónica, que denota la inagotable inventiva del artista. Por otro lado, la fachada no es tan dinámica como lasanteriores, es más quieta, más sólida porque debía guardar armonía con el entorno. Aún así, elcontrapunto que se produce entre fachada y cúpula es el toque maestro.
También Borromini trabajó en la decoración interior de la Basílica de San Juan de Letrán, momento en el que le sorprendió la muerte.



Borrimini escribió una obra teórica, "Opus Architectonicum", de la que entresacamos este extracto que define su estilo arquitectónico:

"Por cierto no desarrollaré esta profesión con el fin de ser un simple copista, si bien sé que al inventar cosas nuevas no se puede recibir el fruto del trabajo, siquiera tarde como no lo recibió el mismo Miguel Ángel cuando en la reforma de la gran Basílica de San Pedro usó nuevas formas y ornamentos que sus propios emuladores le criticaban, al punto de procurar muchas veces privarlo de su cargo de arquitetco de San Pedro: sin embargo, el transcurso del tiempo ha puesto de manifiesto que todas sus ideas han resultado dignas de imitación y admiración". 

Para terminar, recogemos un extracto de sus escritos, posiblemente de un día antes de suicidarse, donde se narra como pasó sus últimas horas:

"Me he sentido muy afectado por esto desde alrededor de las ocho de esta mañana y te contaré qué sucedió.Me había estado sintiendo enfermo desde el banquete de Magdalena (el 22 de julio) y no había salido a causa de mi enfermedad excepto el sábado y domingo en que fui a San Giovanni (dei Fiorentini) para el jubileo. Ayer por la noche, vino a mí la idea de hacer mi voluntad y exteriorizarla por mi propia mano. Así que comencé a escribirte después de la cena, y escribí con el lápiz hasta cerca de las tres de la mañana. Messer Francesco Massari, mi criado joven, quien duerme en la puerta siguiente de mis aposentos ya se había ido a la cama. Viendo que seguía inmóvil escribiendo y no había apagado la luz, me llamó diciendo: -"Signor Cavaliere, debe Ud. apagar la luz e ir a dormir porque ya es muy tarde y el médico quiere que descanse". Contesté que tendría que encender otra vez la lámpara al despertar, y me dijo -"Apáguela, porque la encenderé cuando despierte". Así que paré de escribir, alejé de mí el papel, apagué la lámpara y me fui a dormir. Cerca de las cinco o seis de la madrugada desperté y llamé a Francisco para pedirle que encendiera la lámpara. Como se negó dado que no había dormido suficiente, me puse impaciente y pensé como hacerme algún daño corporal. Permanecí en este estado hasta cerca de las ocho, cuando recordé que tenía una espada en el respaldo de la cama, colgada entre las velas consagradas, y en mi impaciencia por tener una luz tomé la espada, que cayó de punta junto a mi cama. Caí sobre ella con tal fuerza que terminé atravesado en el piso. Debido a mi herida comencé a gritar, con lo que Francesco entró rápidamente al cuarto, abrió la ventana, y al verme herido, llamó a otros que me ayudaron a recostarme en la cama y quitarme la espada. Así es como resulté herido".



CONTEXTO HISTÓRICO:  

El adjetivo barroco, con el que hoy se designa a la cultura artística europea del siglo XVII y, por extensión, a la monarquía absolutista, a la economía mercantilista, a la sociedad estamental y a la Contrarreforma católica, nace con un carácter despectivo y negativo: barroco era lo irregular, lo complicado y ampuloso, retorcido y degenerado, en oposición al equilibrio, orden y simetría del arte renacentista, que tratan de recuperar los críticos del Neoclasicismo de finales del XVIII.
El Barroco es un arte cortesano que se pone al servicio de los reyes absolutos, cuyo afán de esplendor se traduce en la magnitud de los proyectos y en el fasto de la decoración, excesivamente recargada. Es un estilo triunfante y propagandístico, como ocurre en la Roma papal, donde nace y se desarrolla el estilo, o en la Francia del Rey Sol.  Pero también será el vehículo adecuado de la Iglesia católica para luchar contra la Reforma Protestante, renovándose la iconografía católica con composiciones aparatosas, de tono triunfal. España, adalid de la Contrarreforma, desarrollará un barroco exclusivamente religioso. Sin embargo, en las regiones donde triunfa la Reforma, Holanda, Alemania y el norte de Europa, se desarrollará un arte burgués, de vertiente más laica, sencilla e intimista.
Se pueden distinguir dos etapas en el arte barroco: el Barroco pleno o maduro, en el siglo XVII, donde coinciden grandes genios artísticos, a pesar de ser un siglo de crisis y decadencia (Guerras, epidemias, malas cosechas, descenso demográfico...), como Bernini, Borromini, Caravaggio, Rubens, Rembrandt o Velázquez; y el Barroco tardío o Rococó, que pervivirá hasta 1750, consiguiendo su apoteosis en las cortes centroeuropeas. 
ESCULTURA BARROCA

APOLO Y DAFNE. BERNINI


FICHA TÉCNICA: En esta ocasión la obra que vamos a comentar se trata del grupo escultórico conocido como "ApoloDafne", obra realizada entre 1622 y 1625 por el maestro del barroco Gian Lorenzo Bernini (1598-1680). Esta obra forma parte junto a otras tres ("El rapto de proserpina", "David" y "Eneas y Anquises") de un encargo que le realizara el cardenal Scipione BorgueseBernini, al igual que lo fuera Miguel Ángel buonarroti durante el siglo anterior, será el maestro indiscutible de la escultura barroca italiana a lo largo del siglo XVII además de arquitecto realizando la mayor parte de su obra al servicio del Papa.
ANÁLISIS Y COMENTARIO DE LA OBRA: La Obra, un grupo escultórico exentocompuesto por dos figuras está realizado en mármol. Para ello Bernini utilizó varios bloques renunciando a la concepción escultórica renacentista según la cual la escultura debía realizarse de un único bloque de mármol. Su temática mitológica demuestra que el gusto por los temas mitológicos que había renacido en Italia a partir del Quattocento continuaba vigente a lo largo del siglo XVII.
El grupo escultórico formado por dos figuras, una masculina y otra femenina, plasma el mito recogido en la"Metamorfosis" de Ovidio, según el cual, el dios del amor Cupido, para vengarse de la ofensa que le había infringidoApolo burlándose de él, decidió vengarse lanzando dos dardos, uno que provocara el amor a primera vista y otro que provocara el rechazo, asaeteando con el primero a Apolo y con el segundo a la ninfa Dafne, hija del dios del ríoPeneo.Acosada por el amor de ApoloDafne huye despavorida y viéndose a punto de caer en brazos del dios pide protección a su padre quién la convierte en árbol de laurel. Apolo decidió, en honor a la joven, tomar la hoja de este árbol como su árbol sagrado.
Bernini opta por representar el momento de máxima tensión y movimiento al elegir el momento justo en el que se comienza a producir la transformación. El joven Apolo, de facciones y porporciones clásicas, ve interrumpido su carrera por el movimiento ascendente de la joven quien, elevando los brazos al cielo, observa con horror como la transformación se va apoderando de su cuerpo: de los dedos y cabello brotan las ramas y hojas, de sus pies nacen las raíces mientras el cuerpo se va cubriendo de la corteza del tronco.
El autor contrapone por un lado el impulso hacia delante de Apolo, acentuado por la posición apoyada en la pierna derecha mientras el brazo derecho y la pierna izquierda la extiende hacia detrás al igual que la túnica impulsada por el viento del dios; frente al movimiento ascendente en "serpentinata" de la joven Dafne. Este recurso es característico no sólo de la obra de Bernini sino de la escultura barroca en general. Así mismo, el tema permite al escultor acentuar la transformación a través de la contraposición de la textura pulida de la carne de la joven frente a la superficie aspera de la corteza del tronco que comienza a cubrirla. Por último el gesto de terror de la joven se contrapone por el del dios, ajeno a la transformación que ha comenzado delante de sus ojos.
Es magistral en esta obra la captación del momento fugaz, la instantánea captada por el autor que permite al espectador, a medida que gira alrededor de la escultura, asistir a la metamorfosis de la joven en árbol. Bernini recurre a la luz con un sentido dramático que acentúa la tensión de la escena a través de los contrastes de luces y sombras, violentos en los pliegues del manto de Apolo o en la hojarasca del pelo de la joven y suave en las superficie de la piel de los cuerpos de los jóvenes.
CONCLUSIÓN: Bernini se muestra en esta obra como el maestro indiscutible de la escultura barroca no sólo en Italia sino en toda Europa, como un virtuoso en el tratamiento del mármol, renunciando al bloque único característico de la escultura renacentista, así como un genio a la hora de representar la emoción y el movimiento.

ÉXTASIS DE SANTA TERESA


FICHA TÉCNICA: la Obra que vamos a comentar se trata del "Éxtasis de Santa Teresa", grupo escultórico realizado en 1656 por el escultor barroco Bernini para la capilla Cornaro en la iglesia de Sta. María de la Victoria de Roma.
ANÁLISIS DE LA OBRA: Nos encontramos antes un grupo escultórico realizado en mármol y compuesto por dos esculturas, un ángel y la santa. Bernini plasma de manera muy efectista uno de los éxtasis en los que la santa entrabay que son descritas por ella misma como la aparición de un ángel que le clavaba un dardo de fuego en el corazón que le causaba un inmenso dolor a la vez que se sentía llena de amor por Dios. Bernini representa a un ángel de rostro juvenil y sonriente que procede a clavarle el dardo a Santa Teresa mientras ésta aparece en estado de completo abandono, levitando sobre una nube, con los brazos y pies caídos como sin vida mientras el rostro cierra los ojos y deja la boca entreabierta. el cuerpo de la santa queda practica mente oculto bajo los grandes ropajes cuyos pliegues crean efectos de luces y sombras de gran efecto pictórico. Para incrementar el efecto teatral toda la escena aparece enmarcada cual si de un cuadro se tratase e iluminada por una vidriera de cristales amarillos oculta al espectador mientras unos rayos de bronce dorado parecen provenir desde el cielo iluminando la escena. Esta sensación teatral se ve intensificada por la representación en relieve de miembros de la familia Cornaro que parecen asistir al milagro que está teniendo lugar.
COMENTARIO: Bernini, considerado el maestro de la escultura barroca ofrece una imagen momentánea buscando producir en el espectador la intensidad de la emoción religiosa. La sensación de levitación de la santa, los juegos de luces y sombras, la representación de las expresiones y el sentido pictórico del conjunto crean un efecto irreal y hacen de esta obra uno de los mejores ejemplos de escultura barroca.
CONCLUSIÓN: Considerada por el propio Bernini como su obra maestra, ésta es fiel reflejo de las características de la escultura barroca así como de la finalidad de la misma como transmisora de los valores católicos salidos del Concilio de Trento.

PINTURA BARROCA


LAS TRES GRACIAS DE RUBENS



Peter Paul Rubens. Las tres gracias. Óleo sobre lienzo. 1635. Museo del Prado. Madrid.




La pintura flamenca durante el siglo XVII tuvo en Peter Paul Rubens (1577-1640) a su protagonista indiscutible. 


La naturaleza le dotó de un cerebro prodigioso para desenmarañar los problemas compositivos de un cuadro y fue un mago del color. Además ,está considerado como el artista más culto de su tiempo, hablaba y escribía seis lenguas modernas, además del latín, y estuvo considerado como un sagaz diplomático al servicio de la política exterior española. Vivió siempre como un hombre rico y respetado.
Rubens es el gran representante del Barroco triunfal y católico, de la Contrarreforma. En él el
barroco brilla con extraordinaria vitalidad y sin ningún freno. Su estilo podría resumirse en tres exaltaciones: el color, el movimiento y la forma gruesa. La gama de colores utilizados, la soltura de la pincelada y el uso de la paleta adquieren una intensidad pocas veces alcanzada. Su colorido es muy rico y brillante, muy vibrante, predominando el tono rojo y todas las tonalidades cálidas: azules, naranjas, amarillos... Su técnica es suelta y ligera, libre, pero de una gran maestría y seguridad. Sus composiciones adquieren un dinamismo extraordinario; músculos en tensión, escorzos, diagonales enérgicas, árboles que se retuercen como sarmientos, suelos ondulantes..., alejándose de sus telas la vertical, la horizontal y la forma estática. Finalmente, sus mujeres gruesas muestran su inclinación hacia la figura redonda, las formas robustas y opulentas, tan propicia para ser plasmada por la técnica pictórica. Todo ello agrupado en composiciones arracimadas de ritmo turbulento, enroscándose las formas. 
Dominó todos los procedimientos de la técnica pictórica, desde lienzos al óleo hasta murales al fresco, pasando por los cartones para tapices, el diseño de arcos triunfales para honrar los recibimientos regios y la ilustración de libros y misales. Con idéntica maestría tocó todos los temas y géneros, pero renovándolos. Pintó asuntos religiosos, históricos y mitológicos; cultivó el paisaje, el bodegón y fue un estupendo retratista. La pintura no tenía secretos para él.
Autor de gran variedad temática, es en sus obras mitológicas donde manifiesta más plenamente su vitalidad, destacando obras como "Ninfas perseguidas por sátiros", "El juicio de Paris", "El jardín del amor" o "Rapto de las hijas de Leucipo". Su cuadro alegórico de "Las tres Gracias" es uno de los más conocidos en este tema pictórico y en el que nos centramos en su estudio.




El tema se remonta al mundo clásico. Las Gracias son divinidades relacionadas con el dios Apolo, que formaban parte de su séquito, juntamente con las ninfas. Se llamaban Eufrósine, Talía y Aglaye. Eran hijas de Zeus y Eurínome. Para Séneca representaban el triple aspecto de la generosidad, es decir, el dar, el recibir y el corresponder. Para Hesíodo, en cambio, personificaban la belleza, la ternura y la amistad. En otros casos, simbolizaban la Castidad, la Belleza y el Amor, con la inscripción latina Castitas, Pulchritudo, Amor. Más tarde, los filósofos humanistas florentinos del siglo XV vieron en ellas las tres fases del amor: la belleza, que suscitaba el deseo, que llevaba a la satisfacción. En una palabra, se asociaban con el amor, la belleza, la sexualidad y la fertilidad, entendidos como fuerzas generadoras de vida. Desde la antigüedad, solía representárselas desnudas, enlazadas entre sí y danzando.
El pintor flamenco ha cambiado el canon de belleza, empleando el típico de sus pinturas, con mujeres entradas en carnes, robustas pero proporcionadas, elegantes, de cuerpos exuberantes. Rubens mantiene la composición que Rafael había pintado anteriormente, pero cambia la relación de las figuras al presentarlas conectadas entre sí a través de los brazos, el velo transparente y sus miradas. Las Gracias de Rafael rezuman castidad y son el tipo de belleza ideal, mientras que las de Rubens pueden corresponder a la belleza más sensual. Más que las Cárites de la mitología griega, parecen bacantes, en las que destaca la ampulosidad de sus contornos. Las carnaciones claras y palpitantes de los cuerpos de las mujeres irradian luz al resto de la composición.
La presencia de flores de guirnaldas en la parte superior hace referencia a la abundancia, el prestigio y la gloria. El fondo del paisaje acentúa la belleza del conjunto. La escena es de calma y tranquilidad. La sensación de movimiento que irradian las tres jóvenes es magnífico, dando el efecto de invitar al espectador a integrarse a la escena. Es un cuadro sin acción, donde sólo importa el goce para contemplar el cuerpo femenino. La disposición de las Gracias forma un triángulo armonioso, estando la de enmedio de espaldas, con la cabeza vuelta y apoyada en sus compañeras. 
Rafael. Las tres gracias. Óleo sobre tabla. 1504-1505. Museo Condé. Chantilly (Francia). 


LA VOCACIÓN DE SAN MATEO





FICHA TÉCNICA: La obra que vamos a comentar se trata de una pintura al óleo sobre lienzo realizada en 1599 por Michelangelo Merisi, concocido por su localidad natal como Caravaggio (1573-1610). Esta obra forma parte de un conjunto integrados por otras dos que narran la vocación, San Mateo escribiendo el Evangelio y el martirio del santo realizada para decorar la capilla Contarelli de la iglesia de San Luis de los Franceses en Roma. Caravaggio es uno de los precursores del nuevo estilo barroco en la pintura que rompe con la tradición renacentista y manierista anterior. Su vida y obra vendrá marcado por la polémica, la primera por su temperamento violento que le lleva a matar a una persona y a tener que huir de Roma pasando por Nápoles y Malta, de donde también tendrá que huir, para morir finalmente en una playa camino de Roma en 1610; la segunda por su gusto por el crudo naturalismo que, si bien conecta con la sensibilidad del pueblo, sin embargo, su arte es considerado en muchas ocasiones indecoroso e inapropiado para representar temas sagrados.
ANÁLISIS Y COMENTARIO: realizado en óleo sobre lienzo ya hemos comentado que esta obra conforma junto a otras dos que se encuentran en la misma capilla un ciclo sobre la vida y muerte de San Mateo. En esta obra Caravaggio representa el momento en el que el futuro apóstol y santo se encuentra, acompañado de otros hombres,contando las monedas que han recaudado. La acción es interrumpida por la entrada de Cristo acompañado de San Pedro. Cristo alarga el brazo señalando a mateo quien inmediatamente percibe el sentido de la llamada de Cristo, no así sus compañeros de mesa entre quiénes unos miran sorprendidos a los dos hombres que aaban de entrar, sin comprender el significado del gesto, mientras otros dos permanecen enfrascados en su tarea recaudatoria ajenos a la acción que se está desarrollando.
Caravaggio sitúa la escena en un interior lógrebo, tan sólo iluminado por el foco de luz dorada que penetra violentamente desde el ángulo superior derecho incidiendo en los personajes. Éstos, vestidos de manera anacrónica a la manera de finales del siglo XVII aparecen modelados por la luz que incide creando fuertes contrastes de luces y sombras, tenebrismo, moldeando los cuerpos. Se trata de auténticos retratos y cabe mencionar la conexión psicológica que se establece a través de los gestos de las manos entre Cristo, cuyo gesto recuerda a Dios Padre de la Capilla Sixtina en la Creación de Adán, y San Mateo.
Caravaggio se aleja de la representación formal que hasta el momento se había realizado de los temas sagrados y los sitúa en un interior que bien podría pasar por una taberna u oficia de recaudación de impuestos. Los personajes son gente de la calle que se reúne en una mesa para repartir las ganancias y tan solo un casi imperceptible halo luminoso rodea la cabeza de Cristo para indicarnos su divinidad. las piernas cruzadas bajo la mesa, el personaje de espalda al espectador y la espada que lleva al cinto marcan líneas diagonales que dan movimiento a una escena excesivamente estática.
A pesar de la cotideaneidad con que se representa la escena, cabe realizar una lectura teológica de la misma identificando la luz con la entrada de Cristo a un lugar donde dominaba las sombras del pecado. Así mismo, el pintor muestra las dos actitudes diferenciadas que se pueden tener antes la llamada de Cristo: la de Mateo, quien recibe la llamada y reacciona ante ella, y quienes, cegados por el dinero y la vida material desoyen la llamada de Cristo y se condena.
Sin embargo, a pesar de esta interpretación de la obra de Caravaggio, su arte fue rechazado por las altas instituciones eclesiásticas al considerar que sus cuadros no invitaban a la devoción ni a la oración.
CONCLUSIÓN: A pesar de su temprana muerte, Caravaggio marcó el sendero que debía recorrer la nueva pintura barroca, alejada del idealismo renacentista y centrada en el realismo más absoluto y un tratamiento de la luz, conocido como tenebrismo, que habría de influir poderosamente en la obra de grandes pintores que le siguieron como Rubens, Rembrandt, Ribera, Murillo o Velázquez.



Muerte de la Virgen

Autor: Caravaggio
Fecha: 1605-06
Museo: Museo Nacional del Louvre
Características: 369 x 245 cm.
Estilo: Barroco Italiano
Material: Oleo sobre lienzo
Muerte de la Virgen

Comentario
La obra fue la más escandalosa de la carrera de Caravaggio, y su leyenda se ha visto acrecentada a lo largo de la historia del arte. Los censores de Caravaggio se explayaron en toda clase de críticas y la obra fue instantáneamente rechazada por los clientes. El encargo provenía de la iglesia de Santa María della Scala, de Roma. Se consideró que el tratamiento de la divina figura de la Virgen era poco menos que herético por su falta de respeto. Tan pronto fue rechazada, el embajador de la corte del duque de Mantua, que era nada menos que Rubens, la compró para su señor. Aquí comienzan las leyendas más conocidas: parece ser que Rubens la expuso públicamente durante ocho días, lo que sí fue cierto, aunque sin el talante desafiante que se le suele adjudicar. Este hecho prueba las pasiones que Caravaggio levantaba entre pintores e intelectuales de su época. La otra leyenda es la que justifica el rechazo de los religiosos ante la pintura, pues se decía que Caravaggio había tomado como modelo el cadáver de una mujer ahogada en el Tíber (lo cual podía ser consecuencia de un suicidio, un terrible pecado como para servir de modelo a la Virgen). Caravaggio pintó una mujer desmadejada, casi flotando sobre el lecho de muerte, con el cabello desordenado, el vientre hinchado (de ahí la hipótesis de la ahogada), las piernas descubiertas sin pudor y la piel verdosa, sin el aura celestial que se atribuía a las figuras sagradas. A su alrededor, los discípulos se agrupan en corrillos informales llorando y comentando la muerte de la Madre de Cristo. Magdalena llora desconsoladamente con el rostro entre las manos. La composición es de una fuerza expresiva muy especial, enfrentando las dos diagonales que forman el cuerpo de María, en el vestido rojo, y el paño del cortinaje en el mismo color. Entre ambos destellos cromáticos se recogen todas las expresiones de dolor y desconsuelo en los rostros y los gestos de los apóstoles. Pese a las críticas, Caravaggio realizó un poético retrato de la muerte, en su presencia más cruda entre los seres queridos de la difunta, que apenas pueden reaccionar por su pérdida
ARTE RENACIMIENTO ESPAÑOL

ARQUITECTURA

FACHADA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Nos encontramos ante la reproducción de una obra arquitectónica, más concretamente ante la fachada de un edificio. El material utilizado es la piedra, mientras que el aspecto más significativo y que más llama la atención es la decoración en relieve que lo invade todo, dando la sensación de que se trata de una fachada que imita en piedra lo que muy bien podría ser un retablo interior.
La organización de la fachada responde horizontalmente a una estructura de tres cuerpos, separados por frisos y situados sobre una doble puerta articulada en dos arcos escarzanos  separados por un mainel. En sentido vertical, se puede decir que la división de espacios podría permitir hablar de cinco calles en los dos cuerpos inferiores.
Iconográficamente, el primer cuerpo subdividido en cinco espacios rectangulares contiene en la zona central un medallón en el que se representa a los Reyes Católicos rodeado de una leyenda (“Los Reyes a la Universidad y ésta a los Reyes”) en caracteres griegos. En los otros cuatro espacios la decoración es fundamentalmente con motivos vegetales y animales.
El segundo cuerpo también está dividido en cinco espacios y sobresale la decoración con motivos heráldicos; en el central figuran las armas de Carlos I; en el de la izquierda, el águila imperial bicéfala y a la derecha el águila de San Juan; en los medallones de los cuerpos laterales aparecen dos personajes que han sido interpretados como Carlos I o Hércules e Isabel de Portugal o Hebe. Cada uno de los escudos y medallones están coronados por figuras que han recibido diferentes interpretaciones.
En el último cuerpo se representa a un pontífice sentado en su cátedra en el centro, rodeado de cardenales y otros personajes, mientras que a izquierda y derecha aparecen dos personajes que también han recibido interpretaciones distintas: Eva, rodeada de Caín y Abel o Venus con Marte y Baco, a la izquierda; y Hércules, acompañado por Juno y Júpiter o Adán acompañado por sus dos hijas a la derecha. En todo caso en este cuerpo no existe la división en espacios rectangulares, actuando así de contrapunto a la verticalidad que caracteriza a los dos cuerpos inferiores.
Remata la fachada una crestería interrumpida por candelabros.

A nivel general la decoración aumenta en exuberancia conforme se asciende y también en la altura del relieve. Nos encontramos en definitiva ante la Fachada de la Universidad de Salamanca, considerada como una de las obras más representativas del Plateresco que constituye la primera fase de la arquitectura renacentista española. Su cronología nos sitúa en el primer tercio del siglo XVI y su autor no es conocido. El Plateresco está considerado en el momento actual como un estilo más ornamental que arquitectónico y supone una continuación respecto a la última fase del estilo gótico (arquitectura estilo Reyes Católicos o isabelina) caracteriza por su exuberancia decorativa; ahora se le añaden elementos propiamente renacentistas: grutescos, decoración a candelieri… Actualmente el edificio sigue teniendo una utilidad relacionada con la Universidad  -Capilla, Biblioteca..- y sobre todo una utilidad patrimonial.

SAN LORENZO DEL ESCORIAL:
 http://www.juntadeandalucia.es/averroes/ceautrera/Comentario_Escorial.pdf

http://iesjorgejuan.es/sites/default/files/apuntes/sociales/historiadelarte2/tema10renacimientoespanol/comentario_san_lorenzo_del_escorial_herrera.pdf

EL PALACIO DE CARLOS V


Descripción.
El Palacio de Carlos V en  Granada es un palacio real, de un estilo renacentista tardío o manierista, llamado ‘purista’ en España. Está situado dentro del conjunto palaciego islámico de la Alhambra, en la ciudad de Granada, y erigido entre 1527 y 1637 aproximadamente. La planta del palacio la conforma un cuadrado de 63 metros de lado y 17,4 de altura con un gran patio circular de 30 metros de diámetro inscrito en su interior.
            El encargo.
El palacio del emperador Carlos V en Granada, obra en lo fundamental de Pedro Machuca, fue encargado por el monarca después de su estancia en la Alhambra en el verano de 1526. Había llegado el 4 de junio para pasar su luna de miel con Isabel de Portugal y quedó fascinado por la belleza y tranquilidad del lugar. Decidió construir un alcázar adaptado a sus gustos renacentistas, en medio de los palacios islámicos. Pero nunca pudo volver, debido a sus obligaciones, viajes y continuas guerras.

El Emperador decidió construir el palacio al estilo “romano”, superando el estilo ‘plateresco’ asociado a la monarquía anterior de los Reyes Católicos. Así, el modelo era el de los edificios que Bramante, Rafael y Giulio Romano habían levantado en Roma y el resto de Italia. Carlos V fue probablemente influido por el Gobernador de la Alhambra y Capitán General de Granada, Luis Hurtado de Mendoza, cuya familia jugó un importante papel en la recepción de la cultura italiana en Castilla, aunque el modelo del palacio pudo ser sugerido por Baldassare Castiglione, amigo de Rafael y de Giulio Romano. El objetivo político era levantar un monumento de exaltación del poder imperial, y ello explica que el proyecto original contemplase una gran plaza porticada al oeste y otra más pequeña al sur, modificando de forma importante los accesos, para favorecer las ceremonias del fasto imperial. Pero el edificio se implantó en medio de la Alhambra musulmana, en un extremo del Patio de los Arrayanes y para hacerle sitio hubo que derribar un pabellón opuesto a la torre de Comares.
Vista del palacio de Carlos V en el conjunto de La Alhambra.
La cronología de las obras.
El proyecto original se debe a Pedro Machuca, formado en el círculo artístico de la Roma de León X, que dirige las obras desde 1533 hasta su muerte en 1550, dejando terminadas las fachadas excepto las portadas del este y sur: en 1527 se documentan las primeras obras de explanación, en 1537 se trabaja en la parte baja de la portada meridional, en 1538 se hace la cripta de la capilla y en 1541 se levanta la fachada occidental.
Le sucede su hijo Luis Machuca que cierra el patio circular en 1557, según el diseño original de su padre conservado en una maqueta de 1546. La rebelión de los moriscos de Granada en 1568 suspendió las obras hasta 1583, cuando se reinició con los arquitectos Mijares y De la Vega, bajo la superintendencia de Juan de He­rrera, el gran arquitecto español de la época, que trabajaba en el Escorial y contaba con la confianza del rey. Herre­ra decidió el acabado de la fachada de poniente y el vestíbulo, pero finalmente recomendó que las obras quedasen inacabadas, porque juzgó que tenía poca funcionalidad en la dis­tribución del espacio. En 1619 se completó la columnata alta del patio y continuaron las obras hasta su abandono en 1637, sin cubrir de aguas el edificio, debido a la falta de dinero. 
El palacio quedó inconcluso hasta que en 1923 el arquitecto Leopoldo Torres Balbás, conservador de la Alhambra, inició un programa de rehabilitación para destinarlo a Museo Provincial de Bellas Artes, que culminó el arquitecto Francisco Prieto Moreno en 1958.
Análisis formal.
El palacio carece de una relación transparente entre exterior e interior, pues el exterior aparece muy cerrado y opaco por los muros. El choque entre su planta cuadrada y su patio interior circular es para muchos teóricos un ejemplo manierista de contraste entre ideas estéticas, siendo un temprano planteamiento crítico frente al Renacimiento, ya en 1527.
En este sentido, es importante el hecho de que Machuca se hubiera formado con Miguel Ángel en una etapa ya muy madura de este, cuando su pensamiento estético era ya plenamente manierista, pero es preciso acotar que el italiano todavía no había construido sus obras manieristas. El patio circular era poco habitual en la época, aunque hay bellos ejemplos como el Palacio del Té de Giulio Romano en Mantua, el patio interior de la Villa Madama de Rafael en Roma y el patio circular de Inigo Jones en el palacio de Whitehall en Londres.
El patio, que restó inacabado, es sencillo y elegante en su planta circular, que simboliza el poder universal del emperador. También se organiza en dos pisos, de acuerdo a las preferencias de Alberti y de Vi­truvio. El inferior tiene una columnata dórico-toscana de 32 columnas de piedra pudinga del Turro (Loja), con un entablamento muy ortodoxo de triglifos y metopas con motivos de guirnaldas y bucráneos. El piso superior ostenta una columnata de orden jónico, más ligera, con entablamento liso, y está delimitada por una barandilla cerrada. La galería del piso inferior del patio se cubre con una bóveda anular, al parecer inspirada en modelos de Bramante, mientras que el piso superior tiene una cubierta de madera.

Vista del patio desde la galería inferior del palacio de Carlos V.
El patio distribuye las estancias in­teriores, destacando en un ángulo una capilla octogonal, esto es, otro espacio centralizado, muy prestigioso en el Renacimiento. Se accede a los espacios interiores a través de puertas y escaleras, creando espacios que se yuxta­ponen y sufren cambios de orientaciones propios del final del Rena­cimiento y el inicio del Manierismo, como veremos en los edificios manieristas análogos de Miguel Ángel y Palladio.
Planta del palacio de Carlos V, con la capilla octogonal en la esquina inferior derecha.
            Las cuatro fachadas del palacio se ordenan en dos pisos, siguiendo nuevamente las pautas vitruvianas. El piso inferior se estructura con pilastras de orden dórico-toscano, en las que se insertan grandes anillas de bronce decoradas, y el muro se decora a la manera ‘rústica’ con un almohadillado resaltado y un largo zócalo para asiento del paseante. El piso superior está estructurado con pilastras de  or­den jónico, con una alternancia de pequeños vanos adintelados con fronto­nes triangulares, circulares y con pedestales o ménsulas. Las dos fachadas principales, este y oeste, ostentan sendas portadas de piedra de Sierra Elvira, divididas en múltiples elementos, lo que ayuda a romper el movimiento visual horizontal, según el gusto de Machuca y posteriormente de Herrera, cuyo conocimiento de la gramática de los elementos clásicos se hermanaba con una menta­lidad manierista.

Vista de la portada de la fachada principal occidental del palacio de Carlos V.
El palacio se adorna con un ambicioso programa aúlico, de propaganda monumental del poder real, repartida en distintos lugares, incluso en edificios adyacentes como ocurre en las pinturas al fresco en la torre del Peinador en la Alhambra, situadas junto al palacio. Sobre todo, las fachadas están profusamente decoradas con relie­ves del emperador, del que se exaltan sus virtudes con una iconografía repleta de motivos de la mitología antigua, presentando al monarca como un Hércules redivivo, en alegorías de las virtudes de la paz, la abundancia, la prudencia, el valor o la constancia, así como motivos heráldicos.

Significado.
El edificio fue proyectado por el artista Pedro Machuca, un excelente pintor y retablista toledano, colaborador de Miguel Ángel en Italia, que había vuelto a España en 1520 y vivía en la Alhambra como es­cudero del duque de Mondéjar, el alcaide de la fortaleza. Esta no esta­ba entonces bajo la potestad de la ciudad, por lo que las obras se escaparon al control de los gremios de la ciudad, así que un pintor pudo hacer de arquitecto (fue su único edificio), elevando la profesión de arquitecto al rango de liberal, por lo que es un evento im­portante para el prestigio social de ésta, puesto que en aquella época los arquitectos eran asimilados a los proyectistas de retablos y los maestros de obras, de un rango superior, eran los únicos con permiso para cons­truir.
La idea original de Machuca era construir un palacio de formas sencillas, de líneas geométricas puras, por lo que se le ha considerado el mejor ejemplo de la arquitectura ‘purista’ del Renacimiento español, en la estela tardía de Bramante. El palacio apenas tuvo impacto en la arquitectura andaluza, pero fue un interesante banco de pruebas para la arquitectura clasicista del Escorial y otros edificios de Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera.
La ubicación del palacio en el complejo palaciego de la Alhambra lo opone a la arquitectura islámica, famosa por sus pabellones ricamente decorados y sus jardines paradisíacos, pues el de Carlos es un Palacio Real del Renacimiento, hecho para un soberano que se presenta a sí mismo como un católico auste­ro, un heroico militar y un intelectual humanista erasmista.

ESCULTURA


JUAN DE JUNI: EL SANTO ENTIERRO: http://arteazuer.blogspot.com.es/2012/02/santo-entierro-juan-de-juni.html

 PINTURA

EL GRECO:

El caballero de la mano en el pecho - El Greco


EL Caballero de la mano en el pecho
(1570-1580)
Óleo sobre lienzo (81x66 cms)
El Prado.
 En un famoso soneto, el poeta Manuel Machado inicia la presentación de este personaje con los versos: "Este desconocido es un cristiano/de serio porte y negra vestidura,/donde brilla no más la empuñadura/de su admirable estoque toledano...". Aún cuando ya se conoce quien era este "desconocido" -Juan de Silva, notario mayor de Toledo- el retrato ha quedado siempre como la representación típica del hidalgo español: austero, espiritual y profundamente serio. Y a este paradigma de "lo español" debe también su gran fama esta pintura. El caballero aparece vestido de negro, con la gorguera y los puños de encaje blanco; sólo una mínima cadena de oro -de la que pende una medalla- parece animar la negrura del conjunto; también es oro labrado el puño de la espada que porta. Toda la expresión del retratado se concentra en esa profunda y abstraída mirada, dirigida al espectador como una evocación clara de aquellos iconos que pintó en su juventud.
 Realizó otro muchos retratos, que son reflejo del mundo de intelectuales y eclesiásticos en que se movía el artista.






El entierro del Conde de Orgaz.  El GRECO

J. Enrique Peláez Malagón

FICHA TÉCNICA DEL CUADRO:

Nombre: El Entierro del Conde Orgaz
Autor: El Greco (Domenikos Theotokopoulos)
Estilo: Manierista
Fecha: 1586-1588
Localización: Iglesia de Santo Tomé (Toledo)
Datos técnicos: Óleo sobre tela, 4,80 x 3,60 m.

DESCRIPCIÓN:

             Este gran cuadro está dividido en dos grandes zonas, por un lado en la parte alta se observa una zona celestial en donde aparecen Cristo, la Virgen, ángeles, santos y otros personajes ya fallecidos. En la parte inferior, la terrenal, se representa un entierro rodeado de personajes, unos eclesiásticos y otros civiles.

ORIGEN DEL CUADRO:

             El origen del cuadro hay que situarlo en el encargo que Andrés Nuñez de Madrid (Párroco de Santo Tomé) realiza a El Greco en 1586 para que pinte un lienzo que iba a ir situado en una capilla lateral de la citada iglesia parroquial.
             Ese cuadro tendría que representar el milagro que en 1323 ocurrió en aquella iglesia cuando se iba a enterrar a Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz: En ese momento bajan del cielo San Agustín y San Esteban y lo entierran ellos mismos con sus propias manos. Por lo tanto el cuadro ha de representar esta escena con el fin de informar al visitante el hecho extraordinario que ocurrió en ese lugar, a la vez que le recuerde que ciertas virtudes como la caridad o el rezo a los santos son razones de peso para poder alcanzar la vida eterna, motivo por otra parte de que se produjese el milagro.
             Las razones de que este encargo se realizase en 1586 habría que buscarse el pleito que años atrás mantuvo el párroco Nuñez con los vecinos de Orgaz al negarse éstos a continuar beneficiando a la iglesia de Santo Tomé, tal y como lo había dejado escrito su señor antes de morir; este pleito es ganado por Nuñez, quien a partir de ese momento decide levantar una capilla sobre la tumba, encargar un epitafio al humanista Alvar Gómez de Castro con el fin de recordar de una manera más directa al fiel la necesidad de la caridad para lograr la salvación, y encargar de la misma forma un lienzo que rememorare el hecho milagroso y la lectura que se ha de extraer de él.
             El Greco por tanto tiene que representa una pintura conforme al contrato y encargo de Nuñez, origen más directo de la obra, pero además el pintor tiene otras fuentes como son la obra de Pedro de Alcocer o de Hierónymo Román de donde extraer elementos o inspirarse.         

ANÁLISIS FORMAL DE LA OBRA:

             La obra tiene una serie de características que la sitúan dentro del estilo Manierista de la pintura.
             Este estilo nace de la crisis, de una parte el ambiente de optimismo, equilibrio y confianza del Humanismo, se ve amenazado con los problemas económicos, políticos y religiosos que culminaron en el “Saco di Roma”. De otra parte la presencia de grandes maestros en el Arte, parece cerrar a los más jóvenes las posibilidades de creación independiente, limitándolos a un papel de seguidores que pronto reinterpretarán habida cuenta de la libertad pictórica que han heredado de los grandes maestros, esto unido al nuevo interés arqueológico (descubrimiento de El Laoconte, de la Domus Aurea o de Las Bodas Aldobrantinas) y al proceso altamente intelectualizado con el que se quiere realizar las representaciones artísticas, sientan las bases del desarrollo de este nuevo estilo.
             Estas características del nuevo Arte que podemos observar en la obra que estamos comentando serán:
Luces de apariencia artificial:
Fenómeno que indica la artificiosidad e intelectualidad que se aplica en la obra, está tomado de toda la tradición manierista en general por lo que no se puede hablar de una influencia de un pintor en concreto. En la obra por tanto podemos observar como la parte celestial tiene una luz diáfana que no emana de una fuente en concreto, o como en la parte terrenal parecen el cuerpo del señor de Orgaz y los santos más iluminados que el resto así como las caras de los personajes representados. Esta iluminación no pertenece a la observación natural, si hubiese sido así las antorchas que portan algunos individuos hubiesen modificado la luminosidad del cuadro creando unos contrastes entre  luces y sombras. El Greco por tanto utiliza este recurso  de una forma artificial que inquieta al espectador y le hace atraer la mirada hacia unas escenas determinadas.
El alargamiento de las figuras:
Recurso ampliamente utilizado por el pintor en todos sus lienzos hasta tal punto que éste se ha tomado como característico de su obra. Este recurso lo tomará de Miguel Ángel tras su paso por Roma y en segundo lugar de Tintoretto y Parmigianino de la escuela Veneciana. Consiste en el alargamiento voluntario de las formas buscando en ello una belleza de las formas a través de la estilización de éstas, existe por tanto una inspiración goticista, pero también una intencionalidad de poner en cuestión unas reglas y modelos nacidos en el Alto Renacimiento y que a la altura del siglo XVI son considerados como caducos. Es por este motivo que los tratadistas se harán eco de la nueva situación argumentando que el cuerpo no se puede medir objetivamente, y ha de ser el ojo y no las reglas las que marquen la composición de una figura. El Greco conoce la obra de Miguel Ángel tras su estancia en Roma, conoce a los demás manieristas, y también sabemos que en su biblioteca se guardaban algunos tratados al respecto en donde anotó su conformidad con estos postulados. Así no es de extrañar la estilización de las figuras que aparece en la obra que comentamos.
Figuras cortadas:
 Es otro de los recursos manieristas utilizados en la pintura, algo impensable dentro del Renacimiento que postula la armonía, el equilibrio, la composición dentro de la obra, pero que el Manierismo al romper con las normas no tiene en cuenta, buscando así unos efectos mayores en el cuadro. Ejemplo de todo ello lo podemos encontrar en las figuras recortadas que aparecen en los laterales del lienzo.
Figuras serpentinatas:
Es otro de los recursos manieristas utilizados por El Greco. Consiste en la elaboración de figuras retorcidas  que buscan extraños escorzos. Esta idea nace de Miguel Ángel que quiere con ello imprimir en la figura una expresión no alcanzada anteriormente, idea que pronto es aceptada y desarrollada por los manieristas. Ejemplo de ello lo podemos encontrar en la figura del ángel que conduce el alma del señor de Orgaz al cielo y en menor medida en la posición de otros ángeles de la escena celestial.
Estudio anatómico de los cuerpos: 
Característica de influencia Miguelangelesca, que veía en los estudios y representación anatómicas de los cuerpos una forma de poder representar la belleza. Esta circunstancia la podemos observar en los desnudos que aparecen en la parte celestial de la obra.
Predominio del color en la composición frente a la línea:
Algo que se sale de la influencia de Miguel Ángel pero  que la acerca a las obras del Manierismo Veneciano y más concretamente a la órbita de Tintoretto y de Tiziano cuyas obras eran verdaderas explosiones de color. Esta circunstancia la podemos observar en los colores vistosos y llamativos que se utilizan en su obra que llaman poderosamente la atención trasmitiendo una emoción al contemplador como puede ser las casullas de los santos, las caras recortadas en fondo negro de los personajes, la utilización de los blancos y en general el colorido de la parte celestial. El predominio del color alcanzará su impronta más alta en la representación del alma del difunto, en donde ésta queda resumida en unas pinceladas de color en donde ha desaparecido totalmente la línea. En definitiva podemos concluir que en la “lucha” que contemporáneamente a El Greco se da entre los pintores y tratadistas que defienden la importancia de la línea y los que postulan el color,(Miguel Ángel y toda la escuela manierista romana por un lado y por otro Tiziano y la escuela manierista Veneciana), El Greco tomará partido claro por éstos últimos, circunstancia  que no sólo podemos observar en su obra sino también en las anotaciones que el pintor realizó en los libros teóricos sobre pintura que conservaba en su biblioteca como pone de manifiesto Alicia Cámara.
Un cierto “Horro vacui” en la composición:
Ésta es otra de las características del Manierismo, que trata de llenar todo el espacio pictórico. Ejemplo de ello lo podemos ver sobre todo en la parte celestial en donde aparecen un sin fin de personajes que llenan por completo la escena.
 El movimiento: 
Característica manierista que es ampliamente utilizada por los pintores de este estilo, nace de la importancia que Miguel Ángel le da en la representación de las figuras ya que el movimiento será una característica de la belleza. El Greco lo utilizará en muchas de sus obras, si bien en esta no sea algo característico a excepción de las aposturas de algunos ángeles que denotan  movimiento.
              Como conclusión a este apartado podemos situar a El Greco como un pintor manierista influenciado por Miguel Ángel por un lado y por la escuela veneciana por otro, si bien él funde todas estas tendencias llegando a crear aun estilo personal y propio que ha hecho que algunos estudiosos del tema no se atrevan a inscribir a El Greco en el Manierismo y recurran a hablar de un estilo excesivamente personal difícil de clasificación. U otros que hablen de la tradición bizantina en el manierismo como es el caso de Rosa María Lets. En cualquier caso las influencias manieristas son determinantes, como lo son también el hecho (tal y como ocurrió con otros pintores del momento) de que él mismo se considerase representante de un arte liberal frente los que consideraban la pintura como un oficio manual, polémica típica del Manierismo cuya prueba estaría en los pleitos que el pintor llevó a cabo a lo largo de toda su trayectoria pictórica.
Por lo que respecta a las características de la obra que la incluirían en una determinada fase de la producción del pintor, éstas serían las mismas que hemos señalado anteriormente, indicando que se producen en una fase final de su carrera en donde ha recogido las influencias bizantinas de sus comienzos (pintura religiosa), romanas, venecianas, escurialenses en donde se hace eco del sentir Contrareformista.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO DE LA OBRA:

        Tal y como se ha dicho, la intención del cuadro era pintar el milagro aludido anteriormente. Para ello el artista pintará el entierro tal y como se le ha mandado, pero también una visión divina del mundo celestial donde irá el alma del difunto.   
             En esta visión divina se representa el cielo. Un cielo dominado por la figura central de Jesucristo Resucitado (vestiduras de blanco) que sentado en un trono juzga como rey del universo a todas las almas. En este sentido hay quien observa una relación entre este Cristo y las figuras de los pantocrátor medievales.
             Cristo como Señor del mundo ha de juzgar esta nueva alma del difunto que sube hacia él. Por eso con la mano derecha señala hacia San Pedro (portador de las llaves del cielo tal y como lo atestigua su atributo pictórico), indicándole que ha de abrir las puertas para esta alma que sube.
             Bajo la figura central aparece la Virgen María (vestida de rojo y azul como lo demanda la tradición; rojo porque es coopartícipe de la Pasión de Cristo y azul como color de la esperanza en el cielo) María, está en disposición de acoger el alma que sube “ayudando” por medio de un gesto a que ese alma se eleve. Esta posición de la Virgen como intercesora ante su Hijo, en el papel de Madre será uno de los argumentos contrareformistas más utilizados en el Barroco unos años después, ya que con el fin de contrarrestar las doctrinas protestantes, se hará hincapié en la función de quien recibe un culto de hiperdulía.
            A la izquierda de Cristo (derecha del cuadro) aparecen toda una serie de personajes que miran adorantemente a Dios. Entre ellos y reconocibles a través de sus atributos, cabe destacar en primer lugar a San Juan el Bautista, reconocible por su vestimenta de piel de camello, que quien por se “el primero entre los hijos nacidos de mujer” (como dice el Evangelio) se encuentra en un primer lugar. Junto a él dos mártires: San Pablo Apostol (con la espada de su martirio) y Santiago el Mayor patrono de España, con indumentaria que asemeja la de un peregrino y con la concha. En segunda fila de este grupo aparece Santo Tomás (titular de la parroquia y reconocible por la escuadra de arquitecto) y el resto de los apóstoles al lado de Felipe II, lo cual no deja de ser un sorprendente lugar. En último lugar aparecen una serie de santos sin identificar que forman el coro celestial alrededor de la Figura de Cristo. Bajo ellos, en la esquina derecha de la parte celestial de la composición, sí se pueden identificar a María Magdalena (cabellos despeinados) y a San Sebastián con las saetas de su martirio, ambos santos con una devoción particular en el lugar.
             En la parte izquierda del cuadro aparecen diversas figuras del Antiguo Testamento como el rey David con su arpa, Moisés con las Tablas de la Ley o Noé al lado de su arca. En definitiva toda una serie de personajes importantes a quienes se presupone un lugar destacado en la otra vida.
             En la parte terrenal de la pintura, tal y como hemos indicado aparece el cuerpo inerte del noble difunto  que es recogido por San Agustín con su vestimenta de obispo y San Esteban, diacono de la Iglesia y primer mártir. En las casullas y estolas de ambos personajes decora El Greco algunos personajes bíblicos y otras escenas; ropajes por demás contemporáneos al autor del cuadro, pero no así a los de la época de las dos figuras retratadas.  A este entierro asisten anacrónicamente el párroco que encarga el cuadro que preside las exequias leyendo el ritual de los oficios y otros clérigos de su entorno. En la parte opuesta, un fraile franciscano, otro agustino y un fraile dominico. En la fila del centro una serie de personajes contemporáneos de El Greco, y el mismo Greco que nos mira de frente, invitando a entrar al espectador en el misterio y milagro que está ocurriendo, de la misma manera que hace el niño del primer plano hijo de El Greco señalando con su dedo al personaje central.
             Entre la parte terrenal y la celestial aparece el alma del difunto que es ascendida ayudada por un ángel, personajes que también aparecen por toda la composición distribuyéndose conforme a la disposición en jerarquías propuesta por el mismo San Agustín. De esta forma los ángeles serían los más cercanos a los personajes vivos y por tanto más parecidos a los mortales, los serafines y querubines alrededor de los personajes espirituales, representados como pequeños amorcillos y finalmente tronos, potestades y poderes al lado de Cristo en Majestad, entidades sin forma, por lo que el pintor los detalla a base de colores difuminados que rodean la Figura de Jesús.
             En líneas generales podemos hablar de una composición en donde además de relatarnos un milagro, tal y como se le pide al pintor, éste, ayudado de las indicaciones de los clérigos, va más allá y nos presenta una visión beatífica del Cielo en todo su esplendor, dándonos así una lección teológica del mismo. Esto es, que las almas al morir se desprenden del cuerpo y se dirigen a la otra vida. Éstas serán juzgadas por Dios en la persona de su Hijo, determinando a quien se les abre el cielo o quienes son condenados para toda la eternidad. De la misma manera la Virgen y los ángeles conforme a sus distintas jerarquías, sirven de intermediarios, “ayudando” al alma a elevarse y poder integrase en el Cielo al lado de todas aquellas personas que a lo largo de la Historia se han hecho merecedoras de Él.

FUENTE: REDIRIS

ARTE CINQUENCENTO

ARQUITECTURA

 SAN PIETRO IN MONTORIO: http://historiarte-bach.blogspot.com.es/2013/01/san-pietro-in-montorio.html

CÚPULA DE SAN PEDRO (MODELO DE MIGUEL ÁNGEL): http://www.iesjorgejuan.es/sites/default/files/apuntes/sociales/historiadelarte2/tema9renacimiento/comentarios_tema9/Comentario%20_t9_%20Cupula%20de%20San%20Pedro%20Miguel%20Angel.pdf

VILLA ROTONDA DE PALLADIO: http://www.iesjorgejuan.es/sites/default/files/apuntes/sociales/historiadelarte2/tema9renacimiento/comentarios_tema9/Comentario%20_t9_%20Cupula%20de%20San%20Pedro%20Miguel%20Angel.pdf

http://monicahistoriadelarte.blogspot.com.es/2012/02/comentario-villa-capra.html

 ESCULTURA

EL DAVID: http://blogarteehistoria.blogspot.com.es/2009/03/comentario-del-david-de-miguel-angel.html
LAS TUMBAS DE LOS MÉDICI:http://www.iesjorgejuan.es/sites/default/files/apuntes/sociales/historiadelarte2/tema9renacimiento/comentarios_tema9/Comentario_t9_%20Tumba%20de%20Lorenzo%20y%20Guliano%20de%20Medicis_Miguel%20Angel.pdf

PINTURA:

RAFAEL SANZIO: LA ESCUEA DE ATENAS:http://aprendersociales.blogspot.com.es/2007/02/la-escuela-de-atenas.html

ARTE QUATTROCENTO

PINTURA DEL QUATTROCENTO

 EL NACIMINETO DE VENUS



LA ANUNCIACIÓN DE FRA ANGÉLICO




ESCULTURA DEL QUATTOCENTO

David de Donatello. 1440.


  1. Descripción:
  2.  
Nos encontramos ante una escultura de bulto redondo de cuerpo entero de pie en la que aparece un David muy joven (adolescente) que después de haber derrotado a Goliat, le ha cortado la cabeza con su propia espada. David pisa la cabeza con aire pensativo y sostiene en sus manos la espada de Goliat y la honda con la que lo dejó inconsciente. Se aprecia un gran contraste entre la serenidad firme del rostro de David y el desmadejado gesto de Goliat. David aparece tocado con el sombrero de paja típico de la Toscana del que caen guedejas del pelo y lleva también una corona de hojas de amaranto, en clara alusión al heroísmo griego. Donatello, por tanto, opta por representar el pasaje bíblico del enfrentamiento entre David y Goliat en el momento posterior a dicho enfrentamiento, cuando éste se ha saldado con la victoria a favor del joven, de ahí la pose relajada y en contrapposto del protagonista.
Esta obra fue realizada en bronce fundido y pulido. En principio la escultura se colocó en el patio del palacio de los Médicis, pero cuando Piero de Médicis fue expulsado de la ciudad la estatua fue trasladada al patio del Palazzo Vecchio, sede de la señoría de la república. Actualmente se halla localizada en el museo del Bargello de Florencia.
2. Elementos formales:
La textura de su superficie es lisa y pulida, pues el artista parece imitar el aspecto de la piel humana, intentando hacer más verosímil dicha escultura, lo cual además proporciona una cierta sensación de blandura y tersura.
La escultura puede ser contemplada desde distintos puntos de vista y el contrapposto, así como la cabeza ligeramente girada hacia un lado, rompen totalmente con la ley de la frontalidad.
La pose de la figura nos remite hacia una composición reposada y serena, casi estática, mostrando una gran serenidad interior después de haber conseguido la victoria sobre su rival.
3. Elementos no formales:
La composición es plenamente figurativa con la búsqueda de la belleza ideal en la imagen de un David adolescente. El cuerpo de David aparece representado como si de un Dios olímpico se tratara. Un joven de anatomía blanda apenas desarrollada y que adopta la postura clasicista del contrapposto apoyando el peso del cuerpo sobre la pierna derecha, cuya cadera sobresale recreando la curva praxiteliana. El rostro imberbe del joven David expresa serenidad y contrasta con el vencido Goliat cuyo rostro barbudo de facciones marcadas y maduras contrastan con las de su oponente.
4. Clasificación de la obra:
La obra pertenece al Renacimiento italiano, concretamente a la época del Quatrocento.
Es el David de Donatello realizado por este autor en torno a 1440.
5. Contenido y función:
Esta obra que recrea el momento posterior a la lucha bíblica entre David y Goliat supuso la vuelta al desnudo como tema tras casi mil años de ausencia de éste de la historia del arte occidental. El tema bíblico del enfrentamiento entre David y Goliat se convierte en una simple excusa para representar el desnudo como hicieran los escultores clásicos. Así David aparece como si de Apolo se tratara y la influencia de Praxíteles es clara tanto en la pose de la escultura como en el modelado del cuerpo, de ambigua sexualidad.
Hay quien ha visto en el encargo de este tema por parte de los Médicis a Donatello una alusión al enfrentamiento entre la ciudad de Florencia, representada por el joven David tocado con el sombrero característico de los campesinos florentinos, y el ducado de Milán, representado por la cabeza decapitada de Goliat. La inscripción que aparece en la obra confirma esta teoría: “Pro Patria fortiter dimicantibus etiam adversus terribilissimos hostes di i praestant auxilium”, que significa A los que valientemente lucharon por la madre patria, los dioses darán su ayuda incluso ante los más terribles enemigos.
Más allá de la explicación política del tema representado, el tema de David, de gran proliferación en el Renacimiento y, con posterioridad, en el Barroco, simbolizaba el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado.
6. La obra:
La obra se puede contextualizar en la plenitud del Quatrocento. Fue un encargo de Cosme de Médicis, prohombre florentino que al devolver el poder a la República de Florencia se identifica con el personaje bíblico. Se trata de un símbolo de la victoria sobre sus enemigos, de manera que el David se asocia a la figura de Cosme regresando del exilio como un triunfador.
El tema del David es un clásico del arte italiano. Varios artistas aportaron su visión del tema. El de Verrochio es más descarado y audaz (además de estar vestido), el de Miguel Ángel es el símbolo de la tensión en el instante previo al estallido, y el de Bernini (ya Barroco) representa a David en el momento fugaz e imposible en que dispara su honda.
7. El autor:
El autor Donato di Niccolo di Betto Bardi (1386-1466) es el es el escultor más representativo de la escultura quattrocentista italiana. Discípulo de Ghiberti, hasta que llegó a superarle, y protegido de Brunelleschi (con quien estudió las ruinas clásicas de Roma), es un renovador de toda la escultura europea, y sobre todo de la técnica del fundido en bronce. Por otra parte, se desvivió por el estudio del ser humano como centro y razón de ser del Universo. El ser humano es tratado en toda una gama de caracteres y valores, intentando penetrar su psicología. Sus obras más sobresalientes son la Cantoría de la Catedral de Florencia, el David, aquí comentado, el San Jorge de Orsanmichele (en Florencia) y la estatua ecuestre del Condottiero Gattamelata (en Padua).
El periodo histórico en el que se enmarca esta obra tiene como protagonista al hombre (antropocentrismo), el humanismo, la recuperación de los saberes clásicos (filosofía, historia, latín, griego, etc) y la aparición del estado moderno. El David de Donatello es perfecto resumen de los valores y saberes que pretende recuperar el Renacimiento

Condottiero Gattamelata



Identificación

Tipo de obra: escultura ecuestre. Retrato

Función: conmemorativa/ funeraria.

Nombre: Condottiero Gattamelata

Autor: Donatello

Localización: Plaza de San Antonio, Padua, Italia.

Cronología: Siglo XV, Quattrocento.

Estilo artístico: Renacimiento

Análisis
Escultura  realizada en bronce con la  técnica de cera perdida. Obra de grandes dimensiones que  se acentúan al estar sobre un basamento de mármol.

Es una estatua de carácter conmemorativo y a la vez funeraria, el pedestal contiene los restos del Condottiero. Militar mercenario, de alto rango, conocido con el sobrenombre de Gattamelata (gata melosa) por su carácter suave que  pidió ser enterrado en la ciudad de Padua.  La Signoría de Venecia encargó a Donatello este monumento en agradecimiento a los servicios prestados.
Es la primera escultura  ecuestre  de época moderna. El artista   se inspiró en la  escultura  del emperador Marco Aurelio, obra que  pertenece al Arte Romano.

La figura ecuestre es un compendio de maestría, equilibrio, serenidad y elegancia características  típicamente renacentistas. El militar con la vista al frente transmite seguridad, mando y el don militar. En una mano lleva las bridas del caballo y en otra el bastón de mando. Va vestido con una coraza militar que de nuevo nos traslada al mundo clásico,  Donatello se inspira  en la coraza  que vestía Augusto Prima Porta cuando arengaba a las tropas.
El caballo pese a estar en posición de galope, adopta  una postura elegante, obediente, natural, está perfectamente proporcionado, y la extremidad levantada reposa en una esfera logrando  equilibrio.
Donatello, en plena madurez, demuestra que domina la técnica del bronce, el naturalismo y perfección en la ejecución, el conocimiento del mundo clásico,  la admiración por el hombre, el deseo de individualizar al protagonista,  al que representa con nobleza y valentía en honor a sus servicios militares. Supo fundir el idealismo clásico con el naturalismo y equilibrio del Quattrocento.

Comentario
El Renacimiento nace en Italia. Una serie de factores convierten a  las ciudades italianas en el centro cultural y artístico de los siglos XV y XVI: dinamismo económico y comercial, familias aristocráticas amantes del arte, nuevas corrientes filosóficas como el neoplatonismo y humanismo... Y la aparición de un conjunto de artistas que apuestan por esta nueva forma  de concebir el arte. Florencia en el Quatrocento era el centro artístico, que se trasladó a Roma en el Cinquecento, a la corte papal, difundiéndose a continuación por Europa.
La escultura desde el siglo XV, alcanza plena madurez y definitivamente se independiza del marco arquitectónico, característica que había imperado en toda la Edad Media. Destacan autores como Ghiberti y Donatello. 
El artista del Gattamelata ha dejado obras de gran valor como el David,  San Jorge, llenas de clasicismo o Magdalena penitente ya en su madurez.
A Donatello se le considera un genio,  comparable a Miguel Ángel y Bernini. Destaca por su evolución acorde con el paso de la vida,  por su depurada técnica, por la simbiosis entre idealismo, belleza y captación psicológica. Dedica toda su vida a la escultura, hace muchas obras, variadas en cuanto temática, materiales y técnicas.  Todas ellas son de gran calidad. Convivió con artistas como Brunelleschi o Ghiberti de los que aprendió y con los que investigó para luego crear su propio sello.
El Gattamelata es la escultura ecuestre más famosa del Renacimiento. Ha servido de inspiración  a artistas  posteriores y sigue despertando la  misma admiración que provocó en su época.

ARQUITECTURA DEL QUATTROCENTO 


SANTA MARÍA NOVELLA


HOSPITAL DE LOS INOCENTES
Este proyecto comenzó en 1421 pero dos años antes Brunelleschi ejecutó su diseño culminado la obra en el año 1444 que continuaría Francesco della Luna. Destaca su pórtico, en el que utiliza arcos de medio punto sobre columnas corintias y frontones triangulares sobre las ventanas de su único piso. Está decorado con figuras de niños hechas de cerámica. Parte de un patio central al que se añaden dependencias construyendo la fachada principal con un pórtico o atrio que se abre a la plaza de Santissima Annunziata y se construyó por iniciativa del gremio de La Lana con la finalidad de recoger a niños abandonados para ayudarles y enseñarles un comercio útil que les permitiese tener su puesto en la sociedad. Este edificio civil forma parte de un planteamiento urbano junto
con otros dos pórticos, el del fondo abre el acceso a la iglesia de la Santísima Annunziata y frente a él pórtico de la Cofradía de las Servitas de María que es posterior, del siglo XVI y obra de Sangallo y Baccio d ́Agnolo-1525-. Su planta baja esta formada por amplios arcos de medio punto sostenidos por delgadas columnas corintias y adornadas, en cada espacio de los arcos, con medallones en terracota vidriada y policromada en azul y blanco con un recién nacido, uno por cada medallón (ejecutados por Andrea Della Robbia-1487-). Un delicado arquitrabe divide la planta baja del primer piso, cuyo muro, se ve interrumpido por ventanas bastante espaciadas que,coronadas por frontones triangulares, corresponden exactamente a los arcos de la planta baja. Los medallones o tondos Della Robbia son la base visual de cada una de las ventanas porque el centro de cada dos convergen en cada uno de los medallones. Tanto la columna como los arcos muestran el tipo color grisá ceo que se denomina pietra serena, constituyendo una característica de la obra de es te autor, la bicromía a partir del blanco de las fachadas y el color de lascolumnas corintias, rosca de los arcos de medio punto . Parece que dentro del concepto Renovatio de la Antigüedad puede verse una rémora a la Roma antigua, no en va no Florencia, capital del Renacimiento del siglo XV, pretendía ser la nueva Roma, pero no es menos cierto que la tradición románica de la Toscaza-San Miniato, por ejemplo- fue tan importante o más que la Antigüedad Clásica. El pórtico se cubre con un conjunto de bóvedas vaídas. Están formadas por un hemisferio cortado verticalmente por dos pares de planos paralelos entre sí y perpendiculares a los otros dos. Por su configuración final es muy apropiado para cubrir espacios cuadrados. De hecho, si se seccionase por un plano horizontal tangente a los arcos laterales sólo quedarían cuatro triángulos esféricos que no son sino las típicas pechinas que se utilizan para soportar cúpulas circulares sobre los vértices de un cuadrado. El pórtico a base de la sucesión de arcos refleja el sistema de proporciones porque el ancho del vano, es decir, la luz del arco, la distancia entre los arcos y la pared del fondo y la altura de la columna es la misma, por lo cual este pórtico está construido a base de cubos espaciales-Herrera cienaños después describirá el tratado del cubo por considerar que es una figura en la que se pueden dar todas las propiedades matemáticas- y a partir de ellos se puede ver la formulación de la perspectiva artificialis, porque si contemplamos desde uno u otro de los lados el pórtico veremos la definición de las líneas de fuga que convergen en un punto focal. Este mismo esquema lo repetirá en la iglesia de San Lorenzo entre la nave central y las laterales y entre estas y las capillas laterales. En resumen la obra se puede definir por la síntesis de equilibrio, sobriedad, mesura y proporciones. Este edificio no se puede entender si no es en relación con la plaza que es un espacio vacío y polifuncional frente al hospital que marca un volumen cerrado o volumen lleno, siendo el pórtico el elemento de relación entre la plaza y el edificio. El hospital parte de un patio central al que se añaden dependencias repitiendo el esquema que se seguirá para los palacios; no obstante de un claustro llamado de los hombres en el que se puede ver el mismo esquema compositivo que en el pórtico pero en este caso, cuatro, uno en cada lado. Por otro lado el claustro de las mujeres tiene una planta rectangular y la fa ctura del mismo es más sobria con un segundo piso en el que la cubrición es un en tramado de madera que descansa en una estructura adintelada

PALACIO MEDICI-RICCARDI
El desarrollo de las universidades y el nacimiento de las academias propiciaron un nuevo pensamiento, el clasicismo y el Humanismo, que eran la base de este nuevo movimiento artístico.
Las ciudades empiezan a construirse a la medida del hombre para proporcionarle un ambiente cómodo y bello modificando el concepto urbanístico semejante a la antigua ciudad romana. Estas crecieron en base al nuevo desarrollo cultural y social realizando obras civiles como palacios, villas, ayuntamientos, lonjas, puentes, etc..
El palacio Medici-Ricardi fue construido entre los años 1444 a 1460,  encargado por Cosme El Viejo (perteneciente a la familia de los Medici) al arquitecto Michelozzo, después de desechar el diseño de Brunelleschi al tener demasiada ornamentación en la parte externa y prefiriendo el diseño de Michelozzo. Este había sido alumno de Brunelleschi y ayudante de Donatello. Realizó otros diseños para la familia Medici como el patio del Palazzo Vecchio y la capilla de los Medici en la basílica de Santa Croce, convirtiéndose en el arquitecto favorito de Cosme El Viejo.
Para la realización de su construcción fue necesaria la demolición de 20 casas. Se encuentra en la Vía Camillo Cavour (antes vía Larga) de Florencia, frente a la iglesia de San Lorenzo.
Este edificio civil fue la residencia de la familia Medici hasta 1540 cuando se trasladaron al Palacio Vecchio, donde se encontraba el gobierno. Y fue comprada por la familia Riccardi en 1655 por 40.000 escudos. Estos lo renovaron con arquitectura barroca, agrandaron la parte trasera del patio y construyeron la galería de los espejos (actualmente Galería de Luca Giordano, ya que este pintor realizó allí sus frescos de escenas griegas y mitología antigua, este también realizó la biblioteca considerada la más encantadora, completa y mejor conservada del país). En 1814, los Riccardi vendieron el gran palacio al Estado pasando a propiedad de la provincia siendo la sede del consejo provincial y el museo de Palacio Medici-Riccardi actualmente.
El edificio posee planta cuadrangular con un patio central donde se disponen 40 estancias y una capilla, que era privada para la familia Medici. Centrándonos en la fachada; está dividida en tres pisos horizontales, separados por cornisas, los cuales se van haciendo más pequeños a medida que ascendemos. En el primer piso, se abrían cinco grandes arcos de medio punto que fueron tapiados y sustituidos por ventanas por Miguel Ángel, y está formado por sillares de almohadillados rústicos que sobresalen de manera desigual (esto consiste en un acabado exterior típico de los palacios renacentistas donde se labra el relieve hundiendo las juntas). En el segundo piso, se encuentran vanos con arcos de medio punto, y está construido con un muro de sillares almohadillados más ligeros e iguales, que no sobresalen del muro. En el último piso, se encuentran vanos con arcos de medio punto y un muro liso. Y por último, una gran cornisa volada sujeta con ménsulas (elementos estructurales que sirven de soporte) que refuerza la horizontalidad del edificio. Todo esto da sensación de fortaleza y nos recuerda a la arquitectura clásica. Los Riccardi añadieron vanos a la segunda y tercera planta sin dañar nada de lo construido por Michelozzo.
La obra maestra es el patio porticado (cortile) desde el que se puede acceder a todas las estancias, tiene forma cuadrangular y está rodeado por columnas de orden compuesto y arcos de medio punto donde se sitúa un friso con medallones y esgrafiados con escenas mitológicas realizados por el taller de Donatello al igual que el resto de decoración. El patio presenta la escultura de Orfeo realizada por Bandinelli. Las paredes adornadas con estilo barroco presentan la exposición de una colección de la familia Riccardi. Desde este patio se accede al jardín del palacio.
También destaca el gran salón interior llamado la Galería el cual es un magnífico ejemplo de barroco. Y la Biblioteca Riccardiana conserva cartas, manuscritos y documentos con un valor político e histórico incalculable (documentos firmados por Petrarca, Boccaccio, Savonarola, Alberti, Ficino, Poliziano y Pico della Mirándola).
Este palacio correspondía al creciente poder de la familia Medici, banqueros que gobernaron la ciudad, convirtiéndose en el mejor ejemplo de la arquitectura civil del Renacimiento, prototipo del palacio florentino y equilibrio entre el Renacimiento y el Barroco.
Para acabar con la exposición os voy a enseñar otros palacios similares a este, como el palacio de Carlos V en Granada, el palacio de Rucellai en Florencia y el palacio de Pitti en Florencia.



Cúpula de Santa María dei Fiore" de Filippo Brunelleschi. Arquitectura renacentista italiana. 1418-1446 (Quattrocento) Florencia, Italia.
114 m (alto) x 41'7 m (diámetro)
Contexto Histórico:

     El Renacimiento es un movimiento artístico que se inició a comienzos del siglo XV y se prolongó hasta finales del siglo XVI. Mientras el resto de Europa caminaba aún en el estilo gótico. En el siglo XV, en Italia, irrumpe con fuerza este movimiento que trata de recuperar la antigüedad clásica. Esta obra concretamente se ubica en el Quattocento (siglo XV), etapa de indignación y experimentación del nuevo lenguaje artístico, que tuvo en Florencia su foco más importante. Esta cúpula sirve de inspiración para la cúpula de San Pedro.
Materiales: Ladrillo, piedra y mármol
Planta e interior: Brunelleschi ganó el concurso gracias a su innovador sistema constructivo: sin cimbras de madera y empleo de un aparejo de ladrillo hueco en forma de espina de pez, utilizado ya por los romanos. Planteó la grandiosa cúpula- de casi 43 m. de diámetro- como un doble cascarón con un espacio vacío en medio: el cascarón interno era de forma semiesférica, el externo era apuntado, dividido en ocho partes triangulares divididas por nervios exteriores de mármol. Aligeran el peso en el exterior diversas semicúpulas de descarga y, desde el interior, una serie de costillas horizontales concéntricas y nervios ocultos.
Exterior: La cúpula se alza sobre un tambor octogonal de piedra revestido de placas de mármol (blanco, verde y rosado), con una gran ventana circular (óculo) en cada uno de sus lados . La cúpula, cuyas ocho caras están cubiertas de tejas rojas planas , tiene un aspecto esbelto gracias a su perfil apuntado, debido a la curvatura de los nervios de mármol blanco que la recorren ascendiendo hacia la cúspide. En la unión de los nervios aparece una estilizada linterna, punto de fuga del sistema, terminada en 1471, ya muerto Brunelleschi. En ella se emplean volutas.
Estilo: esta cúpula es la primera obra renacentista. Está inspirada en los sistemas de construcción romanos, especialmente en la cúpula del Panteón de Agripa, y también en la tradición gótica, pero los supera . Unifica y centraliza el espacio del edificio.
El autor: Brunelleschi, Filippo (1377-1446). Genial arquitecto, orfebre, ingeniero y constructor de máquinas, fue el descubridor de la perspectiva moderna. Buen conocedor de matemáticas y geometría, inventó nuevas técnicas constructivas. Se inspiró en modelos arquitectónicos paleocristianos, romanos y góticos, pero racionalizándolos. Algunas de sus obras son: las iglesias de San Lorenzo y del Santo Spirito, la capilla Pazzi, la logia del Hospital de los Inocentes, el palacio Pitti, así como la obra estudiada, todas ellas en Florencia.
Análisis:
La Catedral de Santa Mana del Fiore, en la ciudad de Florencia, es una de las obras más importantes y, al mismo tiempo, más influyentes del Renacimiento; decisiva hasta el punto de que ha sido tomada como referencia esencial de este estilo, ya que la Cúpula que remata la Catedral gótica abre las puertas al nuevo estilo renacentista.
Se trata de una cúpula de dimensiones colosales, 42 m. de altura, apuntada o parabólica al exterior (no podía desentonar con el resto de la catedral gótica) y rematada por una gran linterna, con una estructura realizada con ladrillos, sobre una base octogonal (como era el tambor ya construido) y compuesta de dos cascarones o cúpulas paralelas. Se trata de la mayor estructura de ladrillo del mundo, construida con ladrillos romanos, de muy buena calidad, y fabricados bajo la estricta supervisión de Brunelleschi. Así, la cúpula está integrada por dos cascarones, uno dentro de forma semicircular y otro exterior, de sección octogonal, formado por ocho lunetos triangulares que se curvan sobre aristas de mármol. Aunque, posiblemente, la intención de Brunelleschi era construir una cúpula semicircular, el hecho de que conociese los problemas que el muro presentaría para sustentarla, para soportar sus fuertes empujes, le llevó a realizar una segunda cúpula de sección poligonal de ocho lados y apuntada que se encargase de neutralizarlos. La cúpula exterior y la interior se unen mediante gruesas piedras colocadas en la base de las mismas. En el exterior de la cúpula es posible ver ocho nervios, a los que han de sumarse otros dos en cada uno de los paños que permanecen ocultos. Para su construcción se utilizaron ladrillos huecos dispuestos en opus spicatum, un aparejo empleado ya por los romanos que recibe esta denominación porque la manera en que se colocan los ladrillos recuerda a las espinas de un pescado. Este conjunto está culminado por una linterna por la que penetra una luz blanca, limpia, que nos remite más al Panteón de Roma que a la luz de los edificios góticos, coloreada e irreal. De la misma manera, la concepción del espacio, la tendencia a la centralización que queda perfectamente expresada en esta obra, nos hablan del https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjca6gTs3mhFOVNuePx4_nf8U1fjiqAgJoNM-ZpYyuXMo3Do_Ygd2TeF7ysi9gboCpItHzdTXQuLl0fj4RRNr-LmLKYWAs9mIviAMBwFRoFR4NKS6B-9vgOz5MDwJb2Gx_knBLDib6zvmY/s320/Filippo_Brunelleschi,_cutaway_of_the_Dome_of_Florence_Cathedral_%28Santa_Maria_del_Fiore%29%5B1%5D.jpgdeseo del hombre renacentista por volver a colocarse en el centro de la Creación, antes ocupado por la figura de Dios, por recuperar el antropocentrismo del mundo clásico.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8p7mqvrZGlBnazFV2v2rtdIcQlVOClr1MoD_Z5A_FDk4M5-MuV3je4kprPMEoV3U95hou1TzgbPWBemxNX96eM2CRtc2v2hESN22kS7KilOjO_rhtZOSt0SrXrtp5Bp7Zi2s93qympcU/s200/450px-Cupola_di_Santa_Maria_del_fiore_222%5B1%5D.jpg















Esquema de la estructura constructiva y vista exterior, con las semicúpulas de refuerzo.


El tambor está revestido en el exterior por placas de mármol blanco de Carrara y verde de Prato, dispuestas en bandas, como era costumbre en la arquitectura medieval italiana, que acentúan la sensación de horizontalidad contrastando con la verticalidad de la cúpula. La linterna, con sus 16 metros de altura y un peso aproximado del 10% de total de la cúpula, es una pieza clave en el conjunto arquitectónico. Hasta aquel momento las linternas eran pequeñas o inexistentes.
Como ya hemos dicho, la cúpula se levanta sobre un cimborrio octogonal y subdivide su peso, para dar menos empuje, con una cúpula interior más baja y una cúpula externa que, peraltándose en arco apuntado, sirve de contrafuerte a la cúpula interior. En efecto, las cúpulas semiesféricas tienden, debido al peso de su centro, a hundirse de manera que sus extremos se abren hacia fuera; en cambio, las cúpulas apuntadas tienden a abrirse por la cúspide y, en consecuencia, sus extremos ejercen un gran impulso hacia dentro. De esta manera, contradecía muchas opiniones de la época, que auguraban que esa cúpula tan grande cedería irremediablemene.Al combinar ambas, Brunelleschi pudo contrarrestar el empuje horizontal de la cúpula semiesférica con el peso, en sentido contrario, de la cúpula exterior de perfil apuntado (es el mismo sistema que las cúpulas cistercienses). La idea de las dos cúpulas permite, por otra parte, dejar un espacio libre entre ambas, con lo que se resuelve asimismo el problema de la accesibilidad a la parte alta de la construcción y al trasdós de la cúpula interior.
Introdujo también el sistema de construirla sin cimbras: la cúpula no se podía levantar con los medios técnicos disponibles (ya no se sabían construir cimbras tan grandes). Brunelleschi hubiese podido intentar recuperar la técnica olvidada, utilizada en el Trecento, pero optó por inventar una nueva técnica, pero no para construir cimbras sino para autosostener la cúpula durante su construcción: la cúpula se iba cerrando a medida que iba subiendo.




Comentario:
Esta iglesia, iniciada por el arquitecto gótico Arnolfo di Cambio en 1296, se ubica en el mismo lugar en que estaba la iglesia de Santa Reparata. Una vez que muere Di Cambio en 1302, se produjo una interrupción en el proceso constructivo de, aproximadamente, 30 años, de tal manera que en 1331 las obras se reanudaron con Giotto. En líneas generales, este edificio se ajustaba bastante bien a las características de la arquitectura gótica italiana, espaciosa y muy luminosa.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgf7DX2uoqLMMpzO-oc9DNUEkA3teJu6tfC1ordLdvTx1WeySm8_zjomoznu6C89bRc8NqALEzxykSgd9x9fAZSyikMg5s7-uNpDoQchjYGNhHUNaoK3L-UYFa9sozZKv6DV3V1A4dh09o/s400/santa_maria_de_las_flores%5B1%5D.jpgEn el concurso de 1418 para la cúpula de la catedral participó también Ghiberti, pero el ganador fue Brunelleschi. De esta manera, el 1420 se le confió la finalización de la catedral (la fachada moderna es de finales del siglo XIX y sustituye la que fue destruida el 1588) mediante la cúpula que estaba como coronación del crucero. La dificultad inicial radicaba en la magnitud de la cúpula y su empuje colosal. El problema de cubrir aquel amplio espacio con una gran cúpula o cimborrio se planteaba fundamentalmente en torno a la necesidad de construir una gran cimbra y los andamiajes, lo que suponía un elevado coste. Brunelleschi conocía la cúpula del Panteón de Roma, aunque no se inspiró directamente en ella. El Panteón es una semiesfera apoyada en gruesos muros de carga y diseñada para ser vista desde el interior. Brunelleschi se enfrentaba con una base octogonal de diámetro parecido, lo que complicaba el equilibrio de fuerzas, y quería levantar una cúpula que fuera un referente para la ciudad. No podía, pues, usar muros de carga ya que éstos no permiten cúpulas que sobresalgan más de una tercera parte de su diámetro por encima de los muros. También conocía la técnica constructiva de las cúpulas bizantinas con sus nervaduras, materiales ligeros y la distribución de las fuerzas y cargas en pechinas y contrafuertes. Proyectó la doble cúpula no sólo por razones técnicas que exigía la mecánica de fuerzas, sino por una específica razón formal. Es decir, que la finalidad de la doble cúpula es la de diferenciar sus proporciones según se trate de los espacios vacíos del interior o de los volúmenes plenos, de la distribución de las masas, en el exterior.
Esta cúpula no es ya la expresión colectiva del sentimiento religioso de la comunidad, sino la expresión individual de un artista que interpreta el sentimiento colectivo. La cúpula no se limita a concluir un edificio de otra época, sino que lo redefine, lo adopta, transforma su significación. Brunelleschi se propuso equilibrar, con la cúpula, todos estos espacios (masas en el exterior, espacios vacíos en el interior), es decir, transformar en proporcional el edificio concebido en sentido dimensional. La ciudad no es ya el municipio libre para el que Arnolfo había pensado la catedral en el sitio de la antigua iglesia de Santa Reparata. Es el centro de un pequeño estado, y la cúpula es el pivote de los barrios y las calles de la ciudad, domina y caracteriza el paisaje urbano, pero con el desarrollo en altura y con la amplitud de sus curvas se une al horizonte de las colinas que rodean la ciudad.
La cúpula superaba en altura y destacaba del resto de las edificaciones de la ciudad de Florencia. Dominaba la perspectiva y jerarquizaba el espacio urbano. Era el símbolo del orgullo de esta ciudad-estado, la más prestigiosa del siglo XV. La cúpula tendrá un enorme éxito y será muy imitada durante el Renacimiento, dentro y fuera de Italia. Miguel Ángel se inspiró en ella para su cúpula del Vaticano. Posteriormente, tanto en Europa como en América, se realizarán otras cúpulas siguiendo el modelo de Brunelleschi. Ejemplos: la cúpula de la catedral de San Pablo en Londres (siglo XVII) y la del Capitolio de Washington (comienzos del XIX) 

FUENTE:  http://artetorreherberos.blogspot.com.es



ARTE HISPANOMUSULMÁN
MEZQUITA DE CÓRDOBA: http://www.artencordoba.com/MEZQUITA-CATEDRAL/Mezquita-Catedral-Cordoba-edificio.html
ACTIVIDADES INTERACTIVAS:  http://www.claseshistoria.com/guillermo/ejercicios-estilos/hispanomusulman.html
 http://webs.ono.com/pedabagon/pedro/Historiadelarte/temario/arte%20islamico/actividades/Arquitecturaislamica/quiz.html
LA ALHAMBRA: http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/7252.htm
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/html/adjuntos/2007/09/12/0062/4_8.htm
COMENTARIO DE 4 OBRAS:  http://almez.pntic.mec.es/~jmac0005/Bach_Arte/Teoria/Html/teoria6D.htm

EL GÓTICO:

OS DEJO DIVERSOS ENLACES EN LOS QUE ENCONTRARÉIS DIVERSAS OBRAS YA COMENTADAS:

EL JARDÍN DE LAS DELICIAS:http://olmo.pntic.mec.es/~jgarci52/delicias.htm

MATRIMONIO ARNORLFINI: http://aprendersociales.blogspot.com.es/2007/01/el-matrimonio-arnolfini.html


POLÍPTICO DEL CORDERO MÍSTICO: http://evartecoca.blogspot.com.es/2013/01/poliptico-del-cordero-mistico.html

DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ:http://evartecoca.blogspot.com.es/2013/01/descendimiento-de-la-cruz.html

FRESCOS DE LA VIDA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS: http://evartecoca.blogspot.com.es/2012/12/frescos-de-la-vida-de-san-francisco-de.html

FRESCOS DE LA CAPILLA DE LOS SCROVEGNI: http://evartecoca.blogspot.com.es/2012/12/frescos-de-la-capilla-de-los-scrovegni.html

PORTADA DEL SARMENTAL: http://analisisycomentario.blogspot.com.es/2008/02/portada-del-sarmental-catedral-de.html

PORTADA DE LA CORONERÍA: http://artecocahelena.blogspot.com.es/2012/12/puerta-de-la-coroneria-burgos.html

PORTADA DEL JUICIO FINAL LEÓN: http://todoarteatualcance.blogspot.com.es/2009/01/portada-del-juicio-final-catedral-de.html

http://www.fonsado.com/2012/02/el-portico-occidental-de-la-catedral-de.html


PORTADAS DE LA CATEDRAL DE TOLEDO:  http://elpincelconlienzo.wordpress.com/2013/11/13/la-puerta-del-reloj-catedral-de-toledo/

PANTEÓN DE AGRIPA

Se trata del edifico religioso ( templo) más importante de época romana, situado en Roma. El templo es el edificio religioso romano. Este tipo de edificios adquiere rasgos etruscos, pero en lo esencia se asemeja mucho al templo griego. Su finalidad sigue siendo la misma, morada de los dioses.
El Panteón de Agripa fue mandado construir por Agripa en el año 27 a.C., pero reformado en el 120 d.C. por Adriano. Nos ha llegado casi intacto. Desde el exterior no se aprecia la magnitud del templo, que sin embargo en su interior se muestra majestuoso.
Es un templo de planta circular, pero que presenta un pórtico de planta rectangular que nos tapa las características del mismo. En el pórtico se aprecian 8 primeras columnas de grandes dimensiones, más de 12 m. de altura que le da el carácter de pronaos. Esta pronaos presenta la típica fachada de los templos con tímpanos, arquitrabe, friso, techo a dos aguas.
Pero lo grandioso es su interior. Presenta una planta circular, grandiosa y sencilla. Su diametro y altura son de 43 m. ambos. Es la mayor cúpula de la Antiguedad que hace al fiel o al espectador verse empequeñecido. En su parte inferior existe un gran tambor, que es lo que sostiene realmente a la enorme cúpula. Este enorme tambor presenta huecos aprovechadas como si de capillas se tratasen, en las que existen dos columnas corintias que sostienen la parte superior del tambor. Se alternan co esos huecos pequeñas hornacinas. Éstas estan también delimitadas con pilastras con capiteles corintios, sobre ella arquitrabes, frisos, cornisas, pero formando parte del tambor que se sobreeleva, alternando grandes hornacinas con casetones. Termina la fusión del tambor con la cúpula con un juego de cornisas.
La cúpula es de grandes dimensiones y, por lo tanto, muy pesada, cubriendo la totalidad del templo de la naos.
El equilibrio y perdurabilidad de la obra se aseguró por el procedimiento de aligerar la construcción todo lo posible sin reducir la resistencia de la estructura. En el muro que forma el tambor de la cella se practicaron capillas y hornacinas que redujeron el peso. Toda la obra se estrecha a medida que progresa en altura. En las zonas más bajas se incorporaron al hormigón los materiales pétreos más pesados y resistentes a la compresión, mientras que las zonas superiores incluyen otros más ligeros y porosos. En algunos puntos se aligeró la obra mediante la incorporación de ánforas cerámicas en el mortero. Los casetones de la bóveda de media naranja permiten reducir el peso sin debilitar la cubierta. Las capillas y casetones facilitaron el secado de las enormes cantidades de hormigón empleadas.
En el centro de la cúpula un gran óculo, que permite la claridad y servía para la salida de humos.
Este templo se levantó a todos los dioses por lo que fue de los más concurridos y famosos de Roma. Pero su gran aportación a la Historia del Arte es que rompió el concepto religioso griego-romano, pues incita al intimismo religioso ya que no sólo servía como morada de los dioses, sino también para la celebración de cultos.
Fuente: http://historiadelhabitat.blogspot.com.es

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